Un simple análisis de sangre podría diagnosticar una depresión.
Los investigadores de la Universidad de Northwestern de Chicago (EEUU) han identificado 9 biomarcadores sanguíneos que podrían diagnosticar de forma objetiva la depresión en adultos.
Este tipo de análisis de sangre también podría determinar si los pacientes deprimidos podrían responder positivamente a la terapia cognitivo conductual, uno de los tratamientos más comunes y efectivos para la depresión.
La depresión es una grave problema de salud pública mundial. Sin embargo, uno de los problemas es que muchas personas que la padecen no se llegan a diagnosticar, al ser relativamente subjetivo un examen psicológico. Además desde que se manifiestan los síntomas de una depresión hasta que se diagnostica puede haber un retraso de entre los 2 y los 40 meses. Las depresiones, como cualquier otra enfermedad, se pueden complicar con el tiempo si no son tratadas, los síntomas se pueden agravar y el tiempo de respuesta a la terapia cognitiva y/o a la medicación podría alargarse.
Los investigadores probaron el test en 64 participantes del estudio. Analizaron estos indicadores en muestras de sangre de pacientes deprimidos y no deprimidos y encontraron que las concentraciones de estos indicadores no son las mismas en las personas que sufren depresión y en las personas sanas. A las 18 semanas de tratamiento de los participantes deprimidos, se repitió el análisis en 22 de ellos.
Los resultados mostraron que, en los pacientes deprimidos que se recuperaron con el tratamiento, existían diferencias en sus marcadores antes y después de la terapia, asemejándose sus concentraciones, a las de los pacientes no deprimidos. Mientras tanto, la concentración de marcadores de los pacientes que siguieron deprimidos seguía siendo distinta de los resultados originales de los pacientes no deprimidos.
Además los investigadores comprobaron que tres de estos biomarcadores en los adultos que se habían recuperado seguían siendo distintos de los de aquellos que nunca habían estado deprimidos, lo que indica la posibilidad de que esos marcadores podrían mostrar una cierta predisposición a la depresión. El estudió también sugiere que los biomarcadores podrían predecir la respuesta del paciente a la terapia, ya que originalmente se detectaron diferencias en las concentraciones sanguíneas de los pacientes deprimidos que posteriormente respondieron positivamente a la terapia y los pacientes deprimidos en los que la terapia no fue efectiva
EL problema mas grave en lo que refiere al diagnóstico y tratamiento de la depresión es que sigue habiendo un estigma social en torno a esta enfermedad, con lo que muchas personas que la sufren no quieren ir al médico o no quieren seguir una terapia una vez han sido diagnosticadas.
Es posible que una vez que se pueda diagnosticar la depresión objetivamente como si fuera la hipertensión o la diabetes, el estigma desaparezca.