Un implante cerebral que permite a un tetrapléjico usar su mano
La parálisis o la pérdida de una extremidad es una losa para toda la vida, y científicos de todo el mundo trabajan día y noche para restaurar el movimiento de aquellos que sufren la imposibilidad de mover una parte de su cuerpo. Ahora, un nuevo estudio muestra lo que no sólo es un paso, sino un salto adelante en la ciencia médica.
Un joven, que por culpa de un accidente de buceo es tetrapléjico, ha sido capaz de agarrar objetos e incluso jugar a videojuegos con su propia mano y dedos, tras un nuevo dispositivo que se inserta quirúrgicamente en el cerebro. Este notable avance, encabezado por investigadores de la Universidad Estatal de Ohio, promete revolucionar la forma en que, en el futuro, será tratada la parálisis.
«Esta es la primera técnica de este tipo» afirma el coautor del artículo, Chad Bouton. «Las órdenes neuronales han sido de nuevo vinculadas al cuerpo, para permitir así que se retome el movimiento».
El paciente, Ian Burkhart, es un tetrapléjico de tan sólo 24 años de Ohio, cuyas conexiones neuronales entre el cerebro y las extremidades fueron ‘cortadas’. Este tipo de parálisis solía ser incurable, pero como se demuestra en el vídeo, puede ser parcialmente superada: los cirujanos lograron restaurar las funciones parciales a las manos y los brazos mediante la conexión de los nervios sanos a los dañados.
Esta nueva técnica implica un método quirúrgico distinto. Un dispositivo llamado NeuroLife, creado por la organización sin ánimo de lucro Battelle, es una matriz pequeña de electrodos diseñados para enviar señales del cerebro a un miembro paralizado a través de conexiones fuera del cuerpo.
«Cuando sentí los primeros movimientos, sentí esperanza». Dijo Burkhart en una rueda de prensa. «La gente me mira y piensa que no soy un cyborg»
Por desgracia, la restauración de movimiento no es tan simple. La traducción de las señales eléctricas del cerebro en acciones es muy difícil. Para superar este reto, los investigadores de Battelle grabaron la región del cerebro que controla el movimiento, antes de descifrar gradualmente qué señales se correspondían con qué movimiento.
A lo largo de una década, se fusionaron estas señales con una serie de algoritmos diseñados para «entender» estos impulsos neuronales. A través de sus esfuerzos, lograron con éxito el dispositivo NeuroLife.
Tras la cuidadosa implantación de un extremo del dispositivo en Burkhart, el otro extremo se conectó a lo largo de su brazo hasta llegar a la mano derecha, gracias a unos pequeños cables. En 2014, se demostró por primera vez que, con su uso, podría abrir y cerrar la mano con sólo pensar en ello.
Este paso fue seguido por meses de sesiones de entrenamiento para rehabilitar tanto su cerebro como su brazo, para así fortalecer aquellos músculos que, por desgracia, estaban degradados por la falta de uso. Hoy en día, es capaz de usar su mano, y con sus dedos puede realizar mucho más complejas, basadas en la precisión, como por ejemplo sostener un teléfono mientras habla por él, deslizar una tarjeta de crédito, o recoger los cubiertos. Incluso puede jugar al Guitar Hero (un popular videojuego en que se simula el uso de una guitarra)
«Es importante, desde el punto de vista psicológico, que un paciente pueda decidir sobre su propia integridad física», afirma Ali Rezai, co-autor del estudio. «Jugar a un videojuego es sólo un pequeño elemento de nuestra vida cotidiana, pero es algo que Ian anhelaba».
Lejos de tratar sólo la parálisis, los usos de esta técnica son, teóricamente, sin fin. «En el futuo, esto podría ayudar a las víctimas de un accidente cerebrovascular, y a aquellos con daños cerebrales», agregó Bouton. «Con esta investigación, sólo hemos visto la punta del iceberg».