Tomar ácido fólico durante el embarazo disminuye casi un 40 % el riesgo de autismo
La ingesta de ácido fólico un mes antes del embarazo y cuatro semanas después podría reducir en un 39 por ciento el riesgo de que el niño padezca autismo, un transtorno para el que la comunidad científica trata de encontrar biomarcadores, aunque por ahora sin resultados definitivos. Esta es una de las idas planteadas hoy durante el Congreso Internacional sobre el Autismo-International Meeting for Autism Research (IMFAR), que se celebra en San Sebastián con la participación de 1.700 expertos.
Los asistentes conocieron un estudio elaborado entre 85.000 mujeres en los países nórdicos de Europa que ha permitido comprobar la importancia de la ingesta de ácido fólico en el primer tramo del embarazo.
Pese a que existen numerosas incógnitas sobre el autismo, su origen se considera genético, dijo hoy el presidente del congreso y experto en psiquiatría infanto-juvenil, Joaquín Fuentes.
Sin embargo, los genes no son inamovibles y su «expresión» puede modificarse según los hábitos, la alimentación o el tipo de vida que lleve una persona y estos cambios pasan a la siguiente generación y condicionar la enfermedad.
Fuentes subrayó la , ya que se ha demostrado que con los tratamientos adecuados -generalmente educacionales, aunque existen fármacos en fase de ensayo clínico- los niños autistas no sólo aprenden sino que mejoran las áreas del cerebro que procesan el sentido social.