Stanley Milgram hizo un experimento inmoral con unos resultados sorprendentes y desoncertantes

Stanley Milgram, en junio de 1961, realizó un experimento que pasaría la historia con el nombre de su creador: El experimento de Milgram.

En el experimento habían tres personas: el «investigador» (A), el profesor (B), y el «alumno» (C).
El experimento consistía en lo siguiente: A convencía a B para que participara en un ensayo de la memoría y el aprendizaje.
C era sentado en una silla eléctrica «para evitar movimientos excesivos» y le conectan a unos «electrodos» con crema «para evitar quemaduras».
Luego, se da una descarga REAL de 45 voltios para que B experimente el dolor que C experimentará.

El supuesto ensayo consiste en que B a que hiciera preguntas a C; si C fallaba, A presionaba a B para que le diera descargas eléctricas a modo de castigo.
A, B y C estaban en la misma habitación, pero a C le separa de las otras dos habitaciones un módulo de vidrio, aún así, se pueden oír unos a otros.
Sin embargo, C es un actor; en ningún momento recibe la mínima descarga eléctrica, pero golpea el vidrio y se mueve para que B crea que realmente le duele. De hecho, C ni siquiera grita, lo que B oye son grabaciones. A sigue presionando a B para que siga soltando descargas y subiendo voltios, comenzando desde 15 y subiendo hasta 450 para «provocarle más daño a C» mientras C le suplica que pare.

A medida que el nivel avance, C aúlla de dolor, pide el fin del experimento o se queja de su condición de enfermo del corazón. Al alcanzar los 270, C gritará de dolor y finalmente, al llegar a 300, dejará de responder a las preguntas y se producirán estertores previos al coma.

Generalmente, al llegar a los 75 voltios, los maestros (B) se ponen nerviosos delante de las muestras de dolor de C y desean parar el experimento, pero la voluntad ferrea de A les obligaba a continuar. Al llegar a los 135, muchos de los maestros paraban y comenzaban a cuestionar y preguntar sobre la finalidad del experimento. Algunos decían que no se hacían cargo de las finalidades de su acción y otros incluso comenzaban a reirse nerviosamente al ver las muestras de dolor del alumno.

Si B decía que quería parar, A, imperativamente indicaba que debía continuar. Sí aún así, luego de cuatro órdenes, B se negaba, el experimento finalizaba. Si no, el experimento finalizaba luego de tres descargas de 450 voltios.

Milgram quería ver hasta que punto llegaría B sí A le seguía presionando. Quería comprobar la obedencia de B debajo de la autoridad de A. Pronosticó que a los 130 voltíos, los maestros pararían. Tanto Milgram como los actores A y C creían que solo los sádicos irían más allá.

Su sorpresa llegó cuando vió que el 65% llegaban a los 450 voltios. El profesor Milgram desarrolló dos explicaciones:
– El conformismo. B está en una situación de crisis y no es capaz de tomar decisiones por sí mismo, por lo que adoptará las de A.
– La cosificación. B se ve como una herramienta, así que no se considera responsable de sus actos.

¿Que habrías hecho tú si hubieras sido B?

Fuente http://es.wikipedia.org/wiki/Experimento...
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