Existen mujeres que parecen artificiales, que su mayor vicio es la cirugía estética o los nuevos avances de botox o rayo láser, pero en 
el caso de Hang Mioku la cosa va a más, ha llegado a inyectarse aceite de cocina en la cara. Con 48 años tiene la cara totalmente desfigurada, sobre todo desde que se inyectó el aceite de cocina en el rostro, que ha quedado irreconocible.
Según cuenta la propia afectada, realizó la primera operación estética con 28 años, por los que ya lleva 20 años en los que no para de hacerse retoques, y cada vez está peor. Pero a pesar de los desperfectos que le hacían en las clínicas de estética Hang siempre se ha visto guapa, con la cara hinchada y enrojecida, por lo que quería seguir practicando las novedades del sector.
Fueron los cirujanos los que se negaron a participar en más intervenciones, ya que no veían ético seguir operando a una mujer que lo hacía por vicio. Toda esta historia ha llegado al punto en el que sus padres buscan un remedio con médicos para intentar que su cara vuelva a la normalidad, pero es un tratamiento muy caro.
Hang, incomprensiblemente, encontró un médico que siguiera inyectando silicona en su cara. El doctor se limitó a dejarle una jeringuilla y la silicona para que ella misma se la colocara. Pero, cuando se le acabó el producto decidió inyectarse aceite de cocinar.
Tras salir esta historia en los medios de comunicación Hang se ha hecho famosa y ha conseguido el dinero para retirar de su cara 260 gramos de sustancia extraña. Tras varias sesiones los médicos no han conseguido todo lo que esperaban, ya que su rostro ha quedado desfigurado y con cicatrices de por vida.
