Robots para diagnosticar el autismo
Los avances tecnológicos siempre han ido de la mano de la ciencia. En esta ocasión y gracias a un proyecto de la Universidad de Zagreb (Ucrania) se ha podido mostrar que los robots pueden diagnosticar el autismo mucho más rápido.
Debido a las dificultades que conlleva la evaluación del autismo, los niños con trastorno del espectro autista (ASD) se diagnostican a menudo bastante tarde, llegando a los 5 o 6 años de edad.
La respuesta, según este proyecto, está en los robots.
Para los niños, los robots pueden suponer un estímulo muy sencillo y práctico ya que permanecen constantes, es decir, su boca, sus ojos…, siempre están en el mismo lugar y no se mueven. Sin embargo, los seres humanos gesticulamos, nos movemos, cambiamos de ropa y maquillaje… Transmitimos demasiada información a la vez y en constante cambio, por lo que es más complicado de digerir por los niños autistas.
Con la presencia de un robot, los niños no necesitan pensar en diferentes tipos de información, sino sólo en la esencia de la comunicación.
La iniciativa pretende utilizar robots para mejorar el diagnóstico y evaluación de los niños con este desorden, un proceso que hasta ahora ha sido sumamente complejo y subjetivo. Aunque los expertos insisten en que el robot está diseñado para ayudar, no para sustituir al especialista.
El objetivo del proyecto es utilizar un robot para recopilar datos sobre acciones cotidianas como la cantidad de veces que se produce un comportamiento repetitivo o llevar a cabo pruebas sobre comportamientos particulares como beber de una taza, comer en un plato o llamar al robot por su nombre.
No es la primera vez que oímos hablar de robots para ayudar a niños autistas. De hecho, una de las aplicaciones emergentes de la robótica social es proporcionar terapia a niños con autismo.
Estos robots están diseñados para enseñar al niño a desarrollar las habilidades básicas de aprendizaje social.