Los radiotelescopios captan ondas con una cantidad de energía ínfima, por eso deben ser tan grandes
Los radiotelescopios son una estructuras colosales con forma de antena parabólica que captan ondas de muy bajos niveles de frecuencia y de energía (ondas de radio, de ahí el nombre de los instrumentos), de rincones muy lejanos del Universo. En 1985, Carl Sagan estimó que, a esa fecha, todo la energía captada por todos los radiotelescopios existentes en la Tierra desde su construcción, era menor que la de un solo copo de nieve golpeando el suelo (lo comentó en su célebre obra, Cosmos).
A fecha de hoy existen más radiotelescopios de los que había en 1985, y muchos de los que había entonces siguen aún en funcionamiento. Sin embargo, la energía de todas las ondas que en conjunto han captado sigue sin ser demasiada.