Que no te engañe el amigable aspecto de este parásito
Aunque visto desde el microscopio pueda parecer que tenga un rostro con una sonrisa dibujada, no dejes que este protozoo de nombre Giardia lamblia te robe el corazón y témele más de lo que su aspecto dice.
No es su rostro lo que vemos realmente, pues lo que le daría la forma de los ojos serían sus núcleos, y su amigable sonrisa correspondería al cuerpo medio; no es más que otro caso de paraeidolia, o lo que es lo mismo, el hecho de reconocer rostros en objetos, como cuando miramos una nube y vemos formas reconocibles, o cuando miramos de frente a un automóvil.
Este parásito una vez dentro del cuerpo humano (también afecta a animales), se instala en el aparato digestivo, más concretamente en el duodeno, que se localiza en el intestino delgado. Al estar asentado en esta parte del cuerpo, uno de los medios por el cual se transmite son las heces, aunque no es el único medio de infección, ya que también podríamos vernos afectados por este protozoo a través de aguas estancadas y alimentos en mal estado o mal cocidos. Una vez infectado, Giardia lamblia se adhiere a la pared del duodeno, disminuyendo así su superficie disponible para ejercer la absorción de nutrientes. Por lo tanto, los síntomas más frecuentes de Giardia lamblia son los habituales que produce estar afectado por un patógeno intestinal, como por ejemplo la deshidratación, las fiebres, dolor de cabeza, diarreas, vómitos y la inadecuada absorción de nutrientes en la digestión.
La probabilidad de fallecer es casi nula, pero este proceso puede volverse crónico en personas inmunodeficientes, si no es el caso, la infección de Giardia lamblia no debería de durar más de tres semanas.