Tras la prueba realizada por Corea del Norte con su primera bomba de hidrógeno, han salido muchos interrogantes en la comunidad internacional en torno a los motivos y futuras consecuencias del uso de este tipo de armamento.
La prueba de una bomba de hidrógeno en Corea del Norte el 6 de enero fue considerada por el Consejo de Seguridad de la ONU como «una enorme amenaza», y pese a que una bomba atómica presenta también un riesgo masivo, cada una de ellas cuenta con un sistema de funcionamiento y un poder de destrucción distinto.
La bomba de hidrógeno (también llamada termonuclear o bomba H8, es actualmente el arma más poderosa disponible en el planeta. De hecho, ninguna explosión ha superado la potencia de la «bomba del Zar», un dispositivo lanzado por la Unión Soviética el año 1961 y equivalente a 50 millones de toneladas de TNT (50 megatones). Esta bomba fue unas 3.000 veces más poderosa que la bomba atómica lanzada sobre Hiroshima el 6 de agosto de 1945.
50 megatones es también una potencia 100 veces superior a lo que, según el profesor Grosse Perdekamp, que imparte clases sobre armas nucleares y control de armas en la Universidad de Illinois. Ese se consideraba el límite alcanzable con el proceso de fisión nuclear empleado para las bombas más convencionales: 500 kilotones, el equivalente a 500.000 toneladas de TN.
La diferencia técnica básica entre ambas es que en el proceso de fisión de las llamadas bombas atómicas (como las de Hiroshima y Nagasaki), los núcleos de los átomos de sustancias como el uranio 235 o el plutonio 239 se dividen en átomos más pequeños para liberar energía.
En cambio la bomba H utiliza la fusión, siendo un proceso inverso: los núcleos de los átomos de unos componentes del hidrógeno (deuterio y tritio) se unen para formar núcleos más grandes. Este proceso puede realizarse infinitas veces, por lo que, teóricamente, no hay límites en la potencia que se pueda alcanzar.
Su funcionamiento es el siguiente: una bomba H incluye una bomba atómica «primaria» preparada para condensar el combustible de una «secundaria», lo que proporciona átomos que puedan fusionarse. Cuando la bomba de fisión primaria implosiona, calienta y condensa el combustible de fusión y lo bombardea con neutrones. El tritio y deuterio son el combustible de fusión en bruto; condensados por la explosión de la bomba primaria. El tritio y deuterio se fusionan para formar helio, liberando enormes cantidades de energía.
