¿Por qué no vemos evidencias de vida extraterrestre?
En algún lugar allá fuera, en el vasto universo, seguramente hay infinidad de planetas repletos de vida. Pero, ¿por qué no vemos evidencia de ello?
Teorías conspirativas afirman que los OVNIs nos visitan diariamente y que los informes sobre ello quedan inmediatamente ocultados, pero, honestamente, estas conspiraciones son muy poco creíbles.
Desde hace unos años, el observatorio espacial Kepler se dedica a buscar planetas potencialmente habitables que orbiten en estrellas próximas a nosotros, y ha encontrado cientos de ellos. Si extrapolásemos, parece que podrían haber miles de millones de planetas de estas características en nuestra galaxia. Si un planeta de cada diez mil tiene condiciones que pudieran dar sustento a diferentes formas de vida, eso significa que podrían existir 50 millones de planetas que posiblemente alberguen vida, justo aquí, en la Vía Láctea.
Nuestro planeta tardó 9 mil millones de años para formarse una vez ocurrió el Big Bang. Infinidad de otros planetas en nuestra galaxia debieron haberse formado mucho antes, dando ocasión a la formación de vida, cientos de millones de años antes de que ocurriera lo mismo en la Tierra. Si sólo en unos pocos de estos planetas se hubiera propagado vida inteligente, y empezaron a crear tecnología, estos avances habrían tenido millones de años para crecer en complejidad y poder. En la Tierra, hemos visto la drástica aceleración que puede lograr la tecnología en tan sólo 100 años. En millones de años, una civilización alienígena inteligente podría haberse diseminado fácilmente por toda la galaxia: quizá creando artefactos recolectores de energía, flotas de naves colonizadoras o, si pensamos en lo más extremo, contactar con nosotros. Pero no encontramos nada de esto. ¿Por qué?
Existen numerosas respuestas posibles, algunas muy oscuras. Quizá, por poner una explicación, quién sabe si una ‘civilización superinteligente’ ha tomado la galaxia y ha impuesto un estricto silencio por miedo a competidores en su dominio espacial. O quizá no existe esa inteligencia, ya que puede que sea posible que la capacidad de crear tecnología sofisticada es mucho más rara de lo que imaginamos. Después de todo, sólo tenemos evidencias de que haya ocurrido una vez: en nuestro planeta, hace más de 4 mil millones de años. Quizá incluso eso fue increíblemente fortuito. Quizá somos la primera civilización en nuestra galaxia, o quizás, la civilización porta consigo las semillas de su propia destrucción en su incapacidad de controlar las tecnologías que crea.
Pero hay numerosas respuestas más esperanzadoras. Primero, no buscamos con ahínco e invertimos una cantidad irrisoria de dinero. Sólo una diminuta fracción de estrellas en nuestra galaxia han sido vistas ‘de cerca’ en busca de señales de vida inteligente. Y quizá, no buscamos en el camino correcto, quizá cuando las civilizaciones se desarrollaron, pronto descubrieron tecnologías de comunicación mucho más sofisticadas y útiles que las ondas electromagnéticas. Quizá toda la acción ocurre dentro de la misteriosa y recientemente descubierta materia oscura. O, quizá miramos con la escala incorrecta, quizá las civilizaciones inteligentes se dieron cuenta que la vida son sólo patrones complejos de información que interactúan bellamente entre sí, y que eso puede ocurrir de una manera más eficiente a pequeña escala, para reducir su huella en el medioambiente y volverse más eficientes. En este caso, el Sistema Solar podría estar repleto de alienígenas y ni nos daríamos cuenta de ello. Quizá las ideas mismas en nuestra cabeza son formas inteligentes de vida extraterrestre. Bueno, vale, quizá estamos desvariando.
Lo que no sabemos es la respuesta. Y que todo son suposiciones. De hecho, hemos repetido la palabra ‘quizá’ o ‘quizás’ hasta quince veces en este artículo. Tú, ¿qué crees?