Si echamos la vista atrás e intentamos recordar nuestras fiestas de aniversario, quizá logremos remontarnos a cuando teníamos 7, 6 o 5 años y esperábamos impacientes nuestros regalos… pero pocas personas lograrán recordar su tarta de cumpleaños con una, dos o tres velas. Precisamente, a esa falta de recuerdos acaecidos desde el nacimiento hasta aproximadamente nuestros 3 años de edad, se le denomina amnesia infantil y la padecemos todos los humanos. Ahora bien ¿por qué sucede esto? La ciencia y la psicología llevan años planteando hipótesis que intentan explicar este curioso fenómeno:
Teoria de Freud
Freud señaló que esa memoria infantil sí que existía pero que estaba reprimida. También propuso que esos recuerdos estaban muy fragmentados, eran incoherentes y también incompatibles con los desarrollados años más tarde, por lo que su recuperación era muy difícil.
Teoria Social-Lingüistica
Según esta teoría nuestro pensamiento se sustenta en el lenguaje; de manera que mientras éste no se encuentre plenamente desarrollado no será posible almacenar los recuerdos en la memoria autobiográfica (se refiere al conjunto de recuerdos y conocimientos que poseemos sobre nosotros mismos), ya que no existe la posibilidad de pensar de manera consciente y reflexiva sobre lo que nos sucede (Hudson y Sheffield, 1998).
Teoría de Martin Conway
Martin Conway, profesor de psicología en el City university London, sostiene que los recuerdos de la niñez quedan olvidados en el consciente, pero guardados en el inconsciente, influyendo así en nuestras decisiones conscientes. El psicólogo nos los explica invitándonos a hacer un sencillo ejercicio: «si ésta noche tratas de recordar todo lo que hiciste en el día, probablemente recordarás 15 cosas, pero si mañana tratas de recordar todo lo que hiciste en el día anterior recordarás aún menos cosas y si en un mes tratas de recordarlo probablemente no recordarías ninguno. La clave de esto es que al principio lo podías recordar casi todo, así que probablemente estén ahí, por lo que cuando decimos que los olvidamos no es que en realidad los hayamos olvidado sino que estos recuerdos se almacenan en el inconsciente y se vuelven inaccesibles para el consciente, lo mismo pasa con los recuerdos de la niñez.»
Hipótesis Neurológica
Es la hipótesis más reciente y probablemente la más aceptada. Según los neurológos Sheena A. Josselyn y Paul W. Frankland, durante los nuestros primeros años de vida nuestro sistema de memoria se caracteriza por su mal funcionamiento e inestabilidad, razón por la cual no puedemos almacenar recuerdos. El responsable de todo ello es el hipocampo, la estructura fundamental para los procesos de aprendizaje y memoria a largo palzo, que madura aproximadamente, a los dos años de edad.
En el cerebro, las conexiones entre neuronas, son cruciales para su funcionamiento. En el hipocampo estas conexiones permiten el almanenaje de recuerdos autobiográficos. Durante la niñez, en esta zona, la producción de neuronas y de nuevas conexiones neuronales es muy activa. Y, si bien momentáneamente se guardan recuerdos, éstos se diluyen ante la llegada de una oleada de nuevas neuronas, que requiere la formación de nuevas conexiones y con ello, la reestructuración de las neuronas ya presentes.
Una vez que la producción de neuronas por parte del hipocampo llega a niveles más bajos, ya pasados los primeros años de vida, los recuerdos que se almacenan en las neuronas del hipocampo se ordenan e hilan entre si.
