¿Por qué lloramos cuando nos emocionamos?
Las secreciones de fluidos por parte de las glándulas tienen una función: El moco contiene altas concentraciones de anticuerpos y tiene varias funciones protectoras del organismo. El sudor es un producto de la transpiración corporal y sus funciones principales son la regulación de la temperatura corporal y la eliminación de toxinas. La saliva tiene una función gustativa, digestiva y protectora… Pero ¿y las lágrimas emocionales para que sirven?
Las lágrimas basales o continuas como todos sabemos, sirven para lubricar los ojos y tienen una composición química diferente a las lágrimas emocionales. Hasta el día de hoy los científicos no han sido capaces de explicar porque nuestro cuerpo se dedica a sintetizar este fluido de composición química única cuando nos emocionamos, aunque existen diferentes teorías al respecto.
Sumisión y pleitesía
Cuando lloramos la realidad se vuelve borrosa. Nos cuesta percibir el entorno con claridad, bajamos las defensas y eso nos hace mucho más vulnerables. Esa es según el biólogo evolutivo Oren Hasson, la causa que explica el llanto. «Las lágrimas nos dejan indefensos y sirven como forma de mostrar sumisión ante el contrario», considera.
En ese sentido, llorar no deja de ser una estrategia más para «conectar emocionalmente con los demás». La clave según este científico de la Universidad de Tel Aviv, es reforzar los vínculos interpersonales. Los que lloran juntos, están unidos. Pero los fundamentos de esta teoría se desmoronan cuando imaginamos una hipotética lagrimona en el lugar de trabajo o en cualquier otra situación que requiera mantener las emociones bajo control. La explicación de Hasson, aunque interesante, no es válida en todos los contextos.
Acabar con el estrés
Llorar no arregla nada, pero nos hace sentir mejor…como si el problema ya no existiera o no fuera tan grave. La respuesta a este efecto narcótico puede haberla encontrado el bioquímico de la Universidad de Minnesotta, William H. Frey. Al parecer, las lágrimas emocionales contienen adrenocorticotrópica, la llamada hormona del estrés. Por lo tanto, el llanto podría no ser más que una forma de liberar al cuerpo de una excesiva tensión para recuperar la calma. Las lágrimas, como la orina o el vómito son un simple mecanismo para eliminar excesos nocivos de sustancias de nuestro cuerpo.
¡Mírame, mírame!
Probablemente la interpretación del llanto más vieja de la historia, es la de Charles Darwin en 1872. El científico evolucionista cree que el llanto es un acto reflejo heredado de la infancia para llamar la atención. Según Darwin, cuando un niño grita a su madre, comprime los ojos y exprime sus glándulas lagrimales. Según esta teoría llorar es solo la expresión del deseo de llamar la atención, como cuando éramos niños. Aunque hay algo de cierto en esta tesis, se desmorona fácilmente. En primer lugar porque muchas personas prefieren llorar en la intimidad, en segundo lugar porque muchas veces llorar no supone un acto de exhibicionismo sino una reacción automática de nuestro cuerpo ante el dolor. Además todavía no ha quedado demostrado que gritar exprima estas glándulas.
¿y tu, como interpretas el llanto? ¿Te convence alguna de estas hipótesis? ¿O quizás tienes tu propia hipótesis?