¿Por qué lloramos?
Es bien sabido que, a diferencia de los animales, el ser humano es el único capaz de producir lágrimas, al menos en lo que al aspecto emocional se refiere. Es cierto que algunas especies, como los cocodrilos, también pueden emitir secreciones acuosas similares a nuestras lágrimas, pero esto es debido a una mera función fisiológica. Para entender mejor porqué lloramos los humanos, es necesario diferenciar los distintos tipos de lágrimas que somos capaces de expeller:
- -Lagrimeo basal y reflejo: su función principal es la de lubricar el ojo y evitar que se irrite en determinadas circunstancias. Las lágrimas basales son producidas constantemente y facilitan el parpadeo. Por otro lado, el lagrimeo reflejo se produce cuando el ojo necesita deshacerse de partículas extrañas o sustancias que pudieran causar irritación.
- -Lagrimeo emocional: exclusivo del ser humano. Se produce, con mayor o menor intensidad, ante algún evento emocional, ya sea por tristeza o alegría.
Curiosamente, las lágrimas emocionales tienen una composición química diferente de las basales y reflejas ya que, además de poseer agua, glucosa, iones y componentes antibacterianos, también contienen un tipo de hormonas –como la prolactina- que el cerebro produce en situaciones de estrés. De ahí la teoría de que, tras el llanto, nos sentimos más relajados y aliviados pues, además de liberar toxinas, se activa la secreción de adrenalina y noradrenalina, que producen un cierto efecto sedante.
Algo parecido ocurre cuando lloramos de alegría, pues las lágrimas también sirven como válvula de descompresión ante situaciones emocionalmente extremas, aunque éstas no sean precisamente negativas. Por otro lado, además de su función desintoxicante, el hecho de llorar posee asimismo una función comunicativa –por esta razón es más fácil hacerlo en presencia de alguien- y actuaría como mecanismo para buscar el consuelo de los demás, generando empatía y fortaleciendo las relaciones interpersonales.