¿Por qué los perros y sus dueños se parecen?
Si bien la evidencia científica ha confirmado la tendencia por la cual las personas buscan parejas que se les asemejen –genes muy parecidos tanto física como psicológicamente-, ahora también debemos aplicar la misma premisa cuando se trata de nuestros perros. Y es que a todos nos ha pasado por la cabeza alguna vez que el perro de nuestro vecino camina con la misma parsimonia que su dueño, incluso parecen lucir un peinado similar.
Para salir de dudas, un psicólogo japonés, Sahahiko Nakajima, puso en práctica un experimento mediante el cual veinte parejas de perros y dueños eran exhibidos ante terceras personas que debían unir al amo con su mascota. Sorprendentemente, un 74% acertó.
En otro estudio similar, Nicholas Christenfeld, psicólogo estadounidense, estuvo tomando fotografías de perros y sus respectivos dueños, las cuales mostró a otras personas para que adivinaran quién era el dueño de cada animal. En este caso, el número de aciertos fue más significativo cuando se trataba de animales de raza pura, más que cuando eran mestizos. Según Christenfeld, este fenómeno podría explicarse a que los perros mestizos, por lo general, suelen ser adoptados por impulso –a través de algún conocido, incluso encontrados en la calle-, mientras que la elección de un can de raza suele ser más premeditada, y condicionada por una serie de rasgos que son inherentes a cada raza. Son estas características, una combinación de estilo y apariencia las que suelen encontrarse tanto en los dueños, como en sus fieles amigos.
Sabemos que buscamos afinidad, empatía y atributos similares cuando elegimos a nuestra pareja y, por la misma razón, por ese sentimiento de familiaridad que necesitamos generar en nuestro entorno cercano, nuestras mascotas se nos parecen.