Unos investigadores de Stanford han desarrollado un tejido sintético capaz de regenerarse a sí mismo, conducir electricidad y sensible al tacto, que posiblemente se utilice en prótesis de miembros humanos.
Este material es flexible, resistente al agua, conduce la electricidad y es sensible al tacto y lo más curioso de todo es que es capaz de regenerarse a sí mismo. Es un polímero combinado con la piel, utiliza enlaces de hidrógeno, estos enlaces pueden romperse y regenerarse fácilmente conectándose con las células de la persona que lleve esta curiosa piel.
Los investigadores creen que eventualmente este nueva piel podrá utilizarse en prótesis de miembros humanos, aunque, por ahora, parece que solo servirán para dispositivos electrónicos que necesiten estar pegados a la piel, como por ejemplo los monitores portátiles de frecuencia cardíaca.
