Aunque las hembras de esta especie cercana al babuino suelen copular solo con el macho dominante del grupo, la oportunidad para ser infieles siempre está ahí. Los machos subordinados siguen de cerca al grupo, mientras algunos machos jóvenes revolotean por los alrededores de todas las manadas de gelada. Ambos buscan una ocasión para tener relaciones con las hembras a espaldas del líder.
Pero los machos a los que se les ocurre cometer adulterio a espaldas del macho alfa se enfrentan a un problema: viven en las praderas, donde no tienen posibilidad de esconderse. Los líderes y las hembras emiten fuertes ruidos cuando copulan, que se escuchan a decenas de metros de distancia. La única forma que tienen los infieles de evitar ser pillados es ser lo más silenciosos que puedan y estar atentos a la localización del macho dominante. Si la hembra y el otro macho son descubiertos, el líder les persigue para separarles, agrediendo al macho y copulando con la hembra infiel tras la pelea.
