Los genes zombis del cerebro
Se activan luego de la muerte
Zombis… esperemos nunca enfrentar uno. Sin embargo, el fenómeno existe en facetas menos dramáticas. Un estudio científico ayudó a detectarlo. Sucede con algunas células del cerebro humano. Pueden llegar a aumentar su actividad de manera sorprendente unas horas después de la muerte. Son los genes zombis del cerebro.
Actividad cambiante
Los científicos identificaron estos cambios post mortem. Fue gracias al análisis de la expresión génica de tejidos cerebrales. Notaron que la actividad de ciertos tipos de células cerebrales variaba de acuerdo al tiempo.
«Decidimos realizar un experimento de muerte simulada observando la expresión de todos los genes humanos. Se hizo en intervalos de tiempo de 0 a 24 horas. Tomamos un gran bloque de tejidos cerebrales recolectados recientemente, que se dejaron reposar a temperatura ambiente. Así replicamos una autopsia», explicó el doctor Jeffrey Loeb. Es director de neurología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Illinois en Chicago.
Los científicos observaron las células gliales de estos tejidos, obtenidos durante cirugías cerebrales de manera voluntaria. Estos se agrandaron después de la muerte, aunque no lo consideraron demasiado sorprendente. Estas son inflamatorias y su misión es limpiar las zonas que sufren lesiones cerebrales por falta de oxígeno o tras un derrame cerebral. «La mayoría de los estudios asumen que todo en el cerebro se detiene cuando el corazón deja de latir. Pero no es así», señaló Loeb.
Zombis al ataque
El experimento dividió a los genes analizados en grupos. Y así se logró descubrir que alrededor del 80% de genes permanecieron relativamente estables durante 24 horas. Entre ellos, los denominados genes de mantenimiento que ayudan a las funciones cerebrales básicas. Hay otro grupo de genes, relacionados con las actividades del cerebro (memoria, pensamiento). Estos se degradaron rápidamente en las horas posteriores a la muerte.
El tercer grupo está compuesto por los denominados genes zombis del cerebro. Se caracterizaron por aumentar su actividad tras la muerte, al mismo tiempo que otros genes neuronales disminuían. De esta manera, el patrón de cambios post mortem alcanzó su punto máximo alrededor de 12 horas.
«Los investigadores deben tener en cuenta estos cambios genéticos y celulares. Se debe reducir el intervalo post mortem tanto como sea posible para reducir la magnitud de estos cambios. Ahora sabemos qué genes y tipos de células son estables. También cuáles se degradan y cuáles aumentan con el tiempo. Los resultados de los estudios cerebrales post mortem pueden entenderse mejor», concluyó Loeb.