Su nombre es Ian Tibbetts, tiene 43 años de edad, es padre de dos hijos y se quedó ciego en su juventud en un accidente en el que unos trozos de metal atravesaron sus ojos.
Ha permanecido ciego casi la mitad de su vida, los acontecimientos importantes de esta los ha vivido totalmente a oscuras.
Después de probar otros métodos, los cuales no dieron ningún tipo de resultado el hombre de origen británico se atrevió con una compleja cirugía que parece sacada de una película de ciencia ficción.
Le fabricaron un implante ocular basándose en uno de sus dientes, dentro de este colocaron una lentilla especial, para posteriormente colocarlo todo en el interior de uno de sus ojos.
Permitiéndole así poder recuperar algo de su vista.
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