La obsesión por el cuerpo perfecto y el máximo rendimiento deportivo lleva a algunos
adictos al gimnasio a hacer trampas y consumir esteroides. Los esteroides anabólicos promueven el crecimiento del músculo esquelético (efectos anabólicos) y el desarrollo de características sexuales masculinas (efectos androgénicos) tanto en hombres como en mujeres.
El abuso de estos compuestos está relacionado con una gran diversidad de efectos secundarios, la mayoría a largo plazo. Van desde consecuencias físcias como el acné y el desarrollo de los senos en los hombres, hasta otros que ponen en peligro la vida, como ataques al corazón y cáncer del hígado. La mayoría de estos efectos son reversibles si el abusador deja de tomar las drogas, pero algunos son permanentes, como la voz más profunda en las mujeres.
Entre los efectos secundarios que se destacan entre hombres se incluyen una 
producción reducida de espermatozoides y encogimiento de los testículos, calvicie y desarrollo de senos.
En las mujeres se produce una masculinización. El tamaño de los senos y la grasa corporal disminuyen, la piel se vuelve áspera, el clítoris se agranda y la voz se hace más profunda. Las mujeres pueden experimentar un crecimiento excesivo del vello corporal pero pierden el cabello. Con el uso continuo de los esteroides, algunos de estos efectos se vuelven irreversibles.
Asimismo, el abuso de estas sustancias ha sido asociado a enfermedades cardiovasculares, incluyendo ataques al corazón y al cerebro, tumores hepáticos y numerosas afecciones en la piel.
Existen también algunos informes que señalan que el consumo de esteroides incide en la conducta aumentando la irritabilidad y la agresión.
