La sopa de pollo es un remedio eficaz para las vías respiratorias
La sopa de pollo, ese reconfortante manjar que se degusta en hogares de todo el mundo desde hace siglos, no solo calienta el cuerpo, sino que también podría tener beneficios reales para nuestra salud. Aunque no es una cura absoluta para los resfriados y la gripe, la ciencia respalda su eficacia en aliviar los síntomas y acortar la duración de estas infecciones respiratorias.
¿Por qué la sopa de pollo es tan popular?
La sopa de pollo es una combinación de ingredientes sabrosos: caldo caliente, pollo tierno, verduras y fideos. Su sabor distintivo proviene del “umami”, la quinta categoría de sensaciones gustativas.
El aminoácido glutamato, presente en alimentos con sabor umami, contribuye a este sabor “carnoso”. Cuando estamos enfermos, a menudo perdemos el apetito debido a la respuesta inflamatoria del cuerpo. Sin embargo, el sabor umami de la sopa de pollo puede estimular el hambre y ayudar a obtener los nutrientes necesarios para la recuperación.
La costumbre de preparar sopa de pollo para un ser querido enfermo ha perdurado a lo largo de los siglos, extendiéndose por todo el mundo como un gesto reconfortante y terapéutico.
En la actualidad, esta práctica es parte integral de las tradiciones culinarias de casi todas las culturas. En los Estados Unidos, por ejemplo, es común prepararla con verduras y fideos, pero cada región y cultura tiene su propia variante de esta receta medicinal.
La historia de esta sopa como terapia se remonta al año 60 d.C., vinculada a Pedanius Dioscórides, un renombrado cirujano militar que sirvió bajo el reinado del emperador romano Nerón. Su influyente enciclopedia médica de cinco volúmenes fue una referencia para los primeros curanderos durante más de un milenio.
Beneficios que aporta
Además de su valor histórico, la sopa de pollo también ya es respaldada por la ciencia moderna. Se considera un alimento reconfortante y fácil de digerir, repleto de nutrientes que pueden ayudar a fortalecer el sistema inmunológico y proporcionar alivio durante la enfermedad.
Investigadores han analizado sus componentes principales de la tradicional sopa de pollo y descubrieron que posee propiedades antiinflamatorias. Estas propiedades pueden aliviar los síntomas y acortar las infecciones del tracto respiratorio superior, como los resfriados y la gripe. El zinc y el hierro presentes en la sopa también contribuyen a un efecto saludable.
Asimismo, beber el líquido caliente de la sopa e inhalar sus vapores aumenta la temperatura de los conductos nasales y respiratorios. Esto ayuda a aflojar la espesa mucosidad que suele acompañar a las enfermedades respiratorias. En comparación con el agua caliente sola, la sopa de pollo es más eficaz para este propósito.
El secreto está en sus ingredientes
No todas las variedades de sopa de pollo ofrecen los mismos beneficios. Es esencial considerar los ingredientes para comprender su verdadero poder. Que sean frescos y naturales son fundamentales para los beneficios curativos
Las versiones enlatadas, especialmente las ultraprocesadas, carecen de los nutrientes clave presentes en las caseras. La falta de vegetales y antioxidantes en las versiones enlatadas disminuye su valor nutricional.
El pollo proporciona proteínas esenciales para combatir infecciones, mientras que las verduras añaden vitaminas, minerales y antioxidantes fundamentales. Además, los fideos en la versión al estilo americano ofrecen carbohidratos fácilmente digeribles que dan energía y recuperación.
No solo es un placebo reconfortante, sino que también tiene bases científicas para su eficacia. Aunque no reemplaza a los tratamientos médicos, su consumo puede ser beneficioso durante los resfriados y la gripe.