La silla eléctrica fue inventada por un dentista
La primera silla eléctrica fue inventada por Harold P. Brown a finales del siglo XIX aunque a menudo se atribuye erróneamente a Thomas Alva Edison si bien Brown trabajó para él. En aquella época Edison competía con su sistema de corriente continua para la distribución de la energía eléctrica con la compañía de George Westinghouse que usaba corriente alterna —paradójicamente inventada y patentada por Nikola Tesla cuando trabajaba para Edison— tecnología entonces emergente y que a la postre acabaría imponiéndose por su mayor eficacia. Fue en este contexto histórico, la llamada «guerra de las corrientes», en el que se desarrolló la silla eléctrica.