Las típicas pulseras Livestrong pasaron de moda tras el escándalo de dopaje de Lance Armstrong, pero los científicos traen una nueva razón para traerlas de vuelta, puesto que la silicona de la cual están fabricadas pueden atrapar los tóxicos a los que estás expuesto.
Investigadores de la Universidad Estatal de Oregón han probado recientemente las pulseras en 92 niños en edad preescolar, y se vieron sorprendidos por el gran número de toxinas dañinas que se encuentran en una semana. El estudio fue publicado en la revista Chemical and Engineering News.
Las pulseras de silicona son herramientas ideales para dicho propósito, ya que son cómodas y fáciles de usar durante largos periodos de tiempo sin dañar a la persona. Estas sirvieron para detectar ciertos químicos ignífugos, ya que recientemente se encontró en otro estudio que un total de 41 de estos químicos son perjudiciales para la salud (afectan a la capacidad cognitiva, la hiperactividad y la obesidad). Después de que los niños llevasen dichas pulseras durante una semana, llevaron a cabo un análisis de los productos químicos absorbidos por la silicona. En ellos se encontró que un 60% de las muestras contenían 11 de esos componentes ignífugos tan perjudiciales, y que suelen encontrar en ropa o plásticos.
Ahora, los investigadores tratarán de evolucionar la idea de la pulsera que te muestre a qué químicos estás expuestos, para seguir estudiando los efectos a mujeres embarazados ya que se cree que, en ellas, puede producir asma en el niño. Otros proyectos están buscando dicha exposición en productos agrícolas.
