Y no, no se trata de una teoría estúpida de ovnis. El eje de rotación de nuestro planeta no se encuentra estático, cambia de posición con el paso del tiempo. Eso sí, lo hace muy levemente. Fenómenos naturales como el tsunami asiático del 2004 o el terremoto de Chile modificaron ambos la posición del eje de rotación. Miguel Sevilla, vicedirector del Instituto de Astronomía y Geodesia del consejo Superior de Investigaciones Científicas y catedrático de la Universidad Complutense de Madrid defiende que la construcción y llenado de la gigantesca presa ubicada en el río Yangtsé, la más grande del mundo, modificó también el eje.
Según explica, un gran volumen disperso por una gran amplitud reduciría la velocidad de rotación de la Tierra, mientras que una fuerte concentración de masa en un punto concreto la aumentaría. Y la presa, en su máxima capacidad, retiene el agua a 91 metros sobre el nivel del propio río y contiene aproximadamente 39.300 millones de metros cúbicos de agua en una superficie de 632 km cuadrados. En total suman unos 42.000 millones de toneladas, que al acumularse modifican la posición del eje de rotación del planeta.
