Se apagan las luces eléctricas, se encienden velas y los participantes se sientan en círculo alrededor de la tabla Ouija. Todos los miembros del círculo ponen sus dos dedos índices sobre el triángulo o vaso y llaman a los espíritus de los difuntos. Cada participante hace una pregunta y espera a que el puntero del triángulo se mueva hasta una letra, luego hasta otra… y así hasta formar una palabra coherente. Al principio, el triángulo se mueve lentamente; luego, adquiere fluidez en la formación de palabras. Hasta aquí, nada nuevo, pues todos sabemos en que consiste una sesión de Ouija. ¿Pero sabemos como se mueve el vaso o triángulo? ¿Hay una explicación para este fenómeno?
Este fenómeno, a mitades del siglo XIX, llamó la atención de Michael Faraday, el famoso físico Inglés. También William James el químico francés Michel Chevreul, el científico Inglés y el psicólogo estadounidense Ray Hyman se interesaron por este fenómeno.
Pues bien, todos estos científicos, llevaron a cabo una serie de ingeniosas investigaciones experimentales que demostraron que los movimientos musculares involuntarios de los participantes causaban que la mesa se moviera. A este fenómeno lo llamaron efecto ideomotor. Todas las pruebas científicas posteriores probaron que algunos fenómenos atribuidos a fuerzas paranormales, como el movimiento del triángulo o el famoso péndulo parlante, se deben en realidad al efecto ideomotor.
El efecto ideomotor
Es un fenómeno psicológico en el que un sujeto realiza movimientos inconscientemente, de manera automática, desencadenados por un estímulo particular en la zona respectiva. Como las respuestas reflexivas al dolor, algunas veces el cuerpo reacciona a ideas sin que la persona decida conscientemente tomar acción.
El efecto ideomotor se atribuye, erróneamente, a alguna fuerza paranormal o sobrenatural. Son ejemplos de ello fenómenos supuestamente desconocidos como la kinesiología aplicada, la psicografía, la radiestesia, la llamada «comunicación facilitada» y la «Ouija». El autoengaño que genera este efecto es extremadamente poderoso; tanto, que muchos sujetos no pueden ser convencidos de que los desplazamientos se originan exclusivamente en sus mentes.
Según los científicos el movimiento muscular puede ser iniciado por la mente de forma independiente a la voluntad o las emociones. Puede que no seamos conscientes de ello, pero la mente puede ser sugestionada por otros o por observaciones del entorno que nos rodea. Esas sugestiones pueden influir en la mente y afectar el comportamiento motor.
“Nuestros músculos se comportarán inconscientemente de acuerdo con una expectativa implantada,” escribe Hyman en un número de The Scientific Review of Alternative Medicine. “Lo qué hace que este hecho simple sea tan importante es que no estamos enterados que nosotros somos la fuente de la acción resultante. Esta carencia de cualquier sentido de volición es común en muchas acciones diarias.” «Además, estos experimentos demuestran que la gente inteligente y honesta puede participar inconscientemente en una actividad muscular que es coherente con sus expectativas” (Hyman 1999).
El experimento del programa «Brain Games», de National Geographic
Los actores científicos de Brain Games (Juegos Mentales) llevaron a cabo un experimento en el que uno de los científicos era «un medium experto en la Tabla Ouija». Además invitaron a cuatro víctimas a participar en las lecturas sobrenaturales del más allá. Mientras realizaban preguntas con sus dedos sobre el triángulo, éste empezó a moverse inesperadamente. «El espíritu de su abuelo muerto se comunicaba con ellos», dijo uno de los participantes. Los demás participantes comenzaron hacer preguntas y el «abuelo» las contestaba señalando las letras correspondientes.
En otro experimento, invitaron a las mismas víctimas a otra sesión medium; pero esta tenía algo especial: el experimento se haría con los ojos vendados. El triángulo, una vez más, empezó a moverse a medida que los participantes iban haciendo preguntas… pero esa vez el conjunto de las letras que señalizaba no tenían ningún sentido (JM5430?…). Por lo visto,» el espíritu» ya no sabía escribir.
Según los investigadores, lo ocurrido fue el resultado de impedir al cerebro inconsciente combinarse con el sentido de la vista. El cerebro inconsciente seguía moviendo el triángulo pero sin saber muy bien hacia donde.
¿Y los fantasmas?
Para hablar del tema de las visiones fantasmagóricas recurriremos a un caso muy curioso:
Resulta que, en 1998, empleados de un laboratorio percibían figuras fantasmagóricas grises en su visión periférica que desaparecían cuando intentaban fijar su vista en ellas. Pero los científicos, en lugar de explicar el fenómeno del «laboratorio encantado» a algún programa sensacionalista, decidieron investigar qué podía causar esas visiones.
¿La explicación? un ventilador estaba haciendo vibrar el aire con una frecuencia de 18.98 hertzios. Casualmente, ésta es la misma frecuencia con la que nuestros globos oculares entran en resonancia. Esto significa que, a esa frecuencia, la leve pulsación del aire transferida a nuestros ojos se amplifica muchísimo, deformando el tejido y activando los fotoreceptores (células de nuestra retina que captan la luz).
Y efectivamente, cuando los empleados apagaron el ventilador, nadie más volvió a tener visiones fantasmales.
Este mismo fenómeno podría explicar qué ocurre en lugares donde tienen lugar a menudo avistamientos «paranormales», como la típica casa encantada.
¿Percibes una presencia?
La mayoría de nosotros hemos tenido, alguna vez, la sensación de que hay una presencia en nuestra casa. Algo que no vemos y que nos acecha. Pues resulta que incluso las percepciones más subjetivas pueden tener una causa externa que no percibimos conscientemente. Pongamos otra vez el caso de los infrasonidos: ruidos que están ahí, perturbando el aire, pero que nuestros oídos son incapaces de percibir.
En 1998, Vic Tandy, de la Universidad de Coventry, demostró que los infrasonidos pueden producir la impresión concreta de percibir presencias y explicó que los infrasonidos pueden provocar una pseudopercepción de movimientos a nuestro alrededor. De la misma forma, pueden provocar visiones, frío, ansiedad, tristeza, escalofríos y temblores.
Esta falsa percepción, igual que las visiones fantasmagóricas, puede estar provocada por un avión, ventilador o cualquier otro artilugio que produzca infrasonidos. También fenómenos naturales como el viento, los rayos o las olas emiten infrasonidos. Por lo tanto, teniendo en cuenta que estamos rodeados de tantas fuentes de infrasonidos, no es descabellado pensar que el malestar subjetivo que muchas veces se atribuye a los fantasmas pueda estar asociado a ellas.
Ya sean presencias, visiones o Ouijas, las personas somos muy proclives a creer en fenómenos paranormales. Lo más curioso de todo es que ya en el siglo XIX se explicó el fenómeno de la ouija y aún así todavía se siguen realizando sesiones de este tipo. Puede que queramos añadir un toque de fantasía a nuestras vidas, o puede que el miedo o nuestro entorno nos sugestionen más de lo que creemos… en todo caso, siempre existe la posibilidad de apagar el ventilador.
