Los científicos de la Universidad de Buffalo han demostrado con ratones que la obesidad afecta a la capacidad para diferenciar 
sabores ya que existen menos células gustativas en la lengua de las personas obesas, incapaces de detectar sabores dulces.
Se ha publicado en la revista “Plos One” una investigación cuyos autores estudiaron a 25 ratones con un peso normal, mientras cebaban a otros 25 con una dieta alta en grasas para engordarlos.
Se realizó un proceso denominado la señalización del calcio para medir la respuesta de los animales a los distintos sabores, así cuando los ratones reconocían el sabor el aumento del calcio en las células podía ser estudiado.
De esta manera descubrieron que las células de los ratones obesos tenían una reacción más baja a la hora de reconocer los sabores dulces e incluso menos a los amargos. Sin embargo con sabores salados y con el sabor a carne la reacción de las células era exactamente igual en ratones normales y ratones cebados.
Es un paso muy importante porque los sabores tienen mucho que ver en las dietas, por las comidas que elegimos y la cantidad que comemos. Incluso han concluido la investigación con la tesis de que si los ratones obesos no detectaban tanto el sabor dulce eso era lo que les hacía comer más, para así obtener el mismo sabor. A partir de aquí se desarrollaran nuevos mecanismos que aún deben ser estudiados para impulsar una dieta saludable.
Por lo tanto este es el comienzo de varios estudios para garantizar una vida sana, una dieta equilibrada y la desaparición de las personas obesas.
