La evolución podría afectar a nuestro consumo de alcohol
Estudios recientes que analizan la evolución humana y, específicamente una publicada en Nature Ecology and Evolution, sugiere que podríamos estar desarrollando un gen que destruye nuestra tolerancia al alcohol.
Investigadores de la Universidad de Pensilvania analizaron los genomas de unas 2.500 personas de 26 poblaciones de cuatro continentes gracias a los datos recopilados por el Project 1.000 Genomes. Luego, el equipo destacó rasgos específicos o «puntos genómicos» que aparecen en diversas poblaciones divergentes -por ejemplo, cambios en un área del gen responsable de la producción de glicoforinas, que se ha producido en partes de África y Asia-.
Para que esto haya sucedido, la mutación debe haber surgido independientemente en estas dos poblaciones diferentes y persistió. Alternativamente, si hubiera habido solo una mutación inicial, probablemente se hubiera diseminado.
«Lo que este nuevo estudio muestra que la selección también ha tendido a hacer que algunos genes sean similares entre poblaciones», afirma John Hawks, de la Universidad de Wisconsin. «Para ayudar a las personas a adaptarse a los cambios recientes en nuestros ambientes».
En el estudio, los investigadores destacan cinco áreas de cambio reciente. Esto incluye la adaptación al grupo de genes de la glicoforina, que se ha relacionado con la resistencia a la malaria, en Asia y África, dos áreas donde la enfermedad transmitida por mosquitos plantea un grave riesgo para la salud. En Europa, el equipo notó un aumento en los genes relacionados con la descomposición de un aminoácido llamado homocisteína, que en niveles altos puede causar enfermedades cardíacas. Mientras tanto, las cinco poblaciones africanas estudiadas mostraron cambios en un gen que afecta el posicionamiento de la abertura uretral y, en poblaciones no africanas, parecía haber una selección positiva para dos genomas heredados de nuestros vecinos neandertales.
Lo más interesante, tal vez, son las modificaciones en el grupo de alcohol deshidrogenasa (ADH), que podría estar cambiando la forma en la que procesamos el alcohol. La deshidrogenasa es la enzima que descompone el alcohol, metabolizándolo en un compuesto llamado acetaldehído. Este químico tóxico es responsable de su fuerte dolor de cabeza que conocemos como resaca. Afortunadamente, el cuerpo puede convertir esto en otra sustancia que no es tóxica llamado acetato, y nos sentimos mejor tras el día después.
Sin embargo, la evolución podría estar encontrando una manera de frenar la adicción al alcohol de la humanidad mediante la creación de nuevas variantes de ADH que afectan a nuestra tolerancia al alcohol y la capacidad de nuestro cuerpo para convertir el acetaldehído en acetato. Básicamente, significa que nos sentiríamos mal después de solo una pequeña cantidad de bebida.
Hasta ahora, estos genes solo se han detectado en Asia oriental y África occidental, pero el tiempo dirá hasta dónde se extienden.