La ciencia explica las experiencias cercanas a la muerte
Las experiencias cercanas a la muerte o ECM, son percepciones narradas por personas que han estado a punto de morir o que han pasado por un estado de muerte clínica y han sobrevivido. Tales narraciones describen vivencias como «flotar sobre la cama» o la visión de un túnel con una brillante luz al fondo. Se han realizado varios estudios científicos que nos permiten asociar, estas ECM, con una falta de oxigeno, la hiperestimulación de determinadas áreas del cerebro y la secreción de endorfinas.
El famoso túnel que los ‘muertos’ recorren puede ser explicado por la actividad visual durante la isquemia retinal, en la que el ojo comienza a recibir menos sangre y oxígeno y pierde la visión periférica.
En una situación de hipoxia cerebral, la corteza visual se desinhibe, de modo que las neuronas se activan de forma descontrolada. Dado que el 90% de las células de la retina (y, por tanto, del córtex visual) están en la fóvea, en la región central del campo visual, la percepción que se tiene de esta hiperestimulación aleatoria es la visión de un centro más iluminado. El resultado de este fenómeno es la visión de tan solo una luz en el centro del ojo.
La experiencia extracorpórea es vivida por los pacientes como la sensación de «flotar» fuera del cuerpo. En algunos casos, además, se da la autoscopia, o el hecho de poder observar el propio cuerpo desde una perspectiva diferente.
Este fenómeno esta asociado a la disfunción de una área del cerebro, el lóbulo temporal derecho, que contribuye al equilibrio. Así lo plantearon los científicos Britton y Botzin tras medir la tasa de descargas epileptiformes derechas en pacientes que habían experimentado una ECM. La medición reveló que, esta tasa, era significativamente mayor que la del grupo control (no habían experimentado una ECM). Esta hipótesis fué confirmada mediante la replicación de las experiencias extracorpóreas de forma experimental, a través de la estimulación de un área del cerebro concreta, la unión temporoparietal derecha. Los participantes en el experimento afirmaron verse a sí mismos «flotando» en la cama.
Respecto a las sensaciones de bienestar y paz, se ha especulado con la secreción endógena de endorfinas como respuesta a la hipoxia. Esto concordaría con el hecho de que aquellas personas en las que se ha empleado naloxona (un antagonista de endorfinas) durante la reanimación reportan ECM’s más bien desagradables.
Aunque los estudios nos permitan avanzar en el un conocimiento de las ECM, Tova sabemos muy poco sobre la actividad cerebral durante la muerte, y mucho menos sobre la actividad cerebral consciente. Por lo que todavía, no podemos extraer conclusiones refutantes sobre las experiencias humanas cercanas a la muerte