Una víctima de un disparo en la cabeza expulsa la bala de un estornudo
La mala suerte se cebó con un pobre hombre que sólo pretendía celebrar año nuevo con su pareja en Napoles.
La gente prendía cohetes, disparaba al aire celebrando la entrada del nuevo año, con la mala suerte que una de esas balas perdidas del calibre 22 impactó en el cráneo de Darco Sangermano, de 28 años.
El proyectil entró en la cabeza y pasó por detrás del ojo derecho para luego incrustarse en una fosa nasal, pero milagrosamente no causó daños graves.
Los especialistas aseguran que 19 de cada 20 tiros en la cabeza son mortales por ello es sorprendente que Sangermano sobreviviera aunque los médicos no caben en su asombro ya que estaban preparando la cirujía para estirparle la bala cuando la propia victima la expulsó estornudando.