Es completamente falso que el conocido proyecto HAARP de los EEUU pueda cambiar el clima o provocar seísmos

Contrariamente a lo que la gente piensa, el HAARP (programa de investigación de aurora activa de alta frecuencia) no es ningún proyecto secreto del ejército de los EEUU. Se trata de una instalación científica, de orígen universitario, donde se llevan a cabo investigaciones relacionadas con la excitación atmosférica, que pueden dar lugar a avances en las telecomunicaciones. Si bien es cierto que los fondos del proyecto provienen de las Fuerzas Armadas, en el proyecto trabajan científicos de potencias extranjeras (impensable en un proyecto armamentístico), los resultados se hacen públicos e diversas publicaciones científicas y tienen incluso jornadas de puertas abiertas en la instalación (que se encuentra en Alaska), además de organizar cursos de verano.

Los experimentos consisten en lo siguiente: desde el campo de antenas de la instalación se emite una señal electromagnética (como las ondas de radio, pero de mayor frecuencia), que es absorvida por la atmósfera a una altura que oscila entre los 100 y 350km. Para medir los efectos producidos son necesarios instrumentos científicos de increíble precisión. La señal de alta frecuencia tiene una intensidad de apenas 3 µW/cm^2. Esta señal tiene, de hecho, decenas de miles de veces menos energía que la radiación electromagnética natural que el Sol envía a la Tierra (y que, por supuesto, no provoca terremotos) y cientos de veces más débil que las emisiones internas de la ionosfera. A la señal emitida por las antenas le faltarían, pues, unos seis o siete órdenes de magnitud para llegar a equipararse a la energía que el Sol envía a nuestra ionosfera. Tampoco se ha descrito ningún mecanismo por el que este tipo de ondas pudiera provocar alteraciones en el clima o incluso terremotos o erupciones volcánicas, efectos que algunos conspiranoicos atribuyen al proyecto.

En muchas ocasiones, lo que provoca que surjan teorías conspiranoicas es la falta de conocimientos. Y en este caso, la desinformación de los colectivos conspiranoicos acerca del HAARP es tal que se le han llegado a atribuír multitud de efectos nocivos. Algunos incluso relacionan al HAARP con Tesla y su conocido «rayo de la muerte». El investigador informático David Naiditch declaró en eSKEPTIC:

«A HAARP se le ha culpado en ocasiones por accionar catástrofes de proporciones bíblicas tales como inundaciones masivas, sequías devastadoras, potentes huracanes, tornados y tormentas eléctricas, y devastadores terremotos en Afganistán y las Filipinas, dirigidos a la agitación de terroristas. A HAARP también se le ha acusado de haber causado los principales apagones en el oeste norteamericano, la caída del vuelo 800 de TWA, enfermedades misteriosas como el Síndrome del Golfo o el Síndrome de fatiga crónica. Algunos afirman que HAARP es un aparato de control mental que provoca la alienación de los jóvenes, como los que causaron la masacre del Instituto Columbine y en otros lugares (inclusive se venden dispositivos que bloquean las emisiones del HAARP que alteran la mente). Se ha descrito como un arma capaz de hacer un escudo antimisiles, o como un rayo de la muerte que podría convertir el planeta Tierra en un lugar inhabitable, se ha dicho que interfiere con las migraciones de las aves, que es un arma diabólica fabricada por las fuerzas del Anticristo, un disruptor de comunicaciones global, un aparato que causaría que la tierra girase fuera de control y que es un sistema vinculado a actividades de ovnis.»

Desde luego, no existe ninguna evidencia científica que haya podido probar ninguna de esas teorías, hecho que nunca ha detenido a los conspiranoicos. Además, el HAARP no es la única instalación que realiza este tipo de pruebas, de hecho es la menos potente de las principales. El HIPAS de la Universidad de California, en Fairbansk, puede calentar la ionosfera con una potencia total de emisión de 70 MW (la del HAARP es de apenas 3,6 MW). El SURA, de Rusia, posee una respetable potencia de 190MW. Pero el más potente de todos se encuentra, curiosamente, en los países nórdicos. Se trata de un conjunto de instalaciones, denominadas EISCAT, que pueden liberar a la atmósfera un total de 1.000MW de potencia en forma de ondas de alta energía. Pero por alguna extraña razón los conspiranoicos obvian todo esto y se centran en el modesto HAARP. Es más, cualquier fragata provista de radar AEGIS, como las F-100 de la Marina Española, podría hacer la misma función (emisión de ondas de alta frecuencia a la atmósfera) con 4 MW sostenidos y hasta 6 de pico. Pero no, no pueden causar terremotos ni manipular el clima.

Fuente http://es.wikipedia.org/wiki/High_Freque... http://lapizarradeyuri.blogspot.com.es/2...
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