En las proximidades de un agujero negro, espacio y tiempo se invierten. El espacio pasa a ser el tiempo, y viceversa
Si bien es cierto que desde nuestra perspectiva sólo podemos observar un agujero negro desde su exterior, las leyes de la física nos permiten predecir qué ocurriría si observaramos el espacio desde el interior.
Cuando uno contempla un AN desde la teoría de la Relatividad General, lo primero que se encuentra es que el horizonte no es un lugar especial desde el punto de vista de la atracción gravitatoria, que ni siquiera tiene que ser especialmente intensa en este lugar ni producir ningún fenómeno particular. Este hecho, unido a la universalidad de las leyes de la física nos indica que nuestra teoría ha de ser válida también en el interior del agujero (al menos en aquellos en los que los efectos cuánticos no son dominantes) y, por tanto, podemos predecir lo que un aguerrido astronauta observaría al cruzar el horizonte de sucesos de un AN.
Pongámonos en el papel de este viajero del cosmos que, quizás por aburrimiento o por desengaño amoroso, decide lanzarse a una muerte segura. Abandonamos nuestra nave y nos dejamos caer hacia el gigante negro. Conforme nos vamos acercando, nuestro reloj interno se retrasa respecto al de los observadores que se mantienen en el interior de la nave debido a que nuestro cono de luz, que no es más que una forma de representar en un diagrama espacio-tiempo el hecho de que no podamos ir más rápido que la luz, se está inclinando con respecto al de los observadores de la nave. Si nuestro cono se inclina, el tiempo que nosotros medimos siempre se mantendrá en su vertical, por lo que respecto al medido por nuestros colegas de la nave, será menor (o lo que es lo mismo, nuestro reloj se acelera) cuanto más cerca estemos del horizonte, llegando a volcarse completamente (90º) en el momento en que cruzamos el horizonte.
Pero, según las leyes de la Relatividad, el eje más horizontal siempre es espacio, mientras que el más vertical siempre es tiempo. Por tanto, al cruzar el horizonte lo que nosotros entendemos por tiempo y espacio ¡habrán intercambiado sus papeles! Puede sonar raro y, definitivamente, es algo completamente anti intuitivo, pero es la clave de que los agujeros negros sean como son y jueguen el papel tan importante que juegan en la física teórica actual. Al fin y al cabo, dentro no es lo mismo que fuera… y vaya si no lo es.