En la Micronesia hay un lago donde se puede nadar con 8 millones de medusas sin ningún riesgo de picadura.
En la isla de Palua se encuentra Jellyfish Lake (Lago de las medusas), en el que una población de medusas aislada del Pacífico (el lago estuvo en su día conectado con el océano) creció sin necesidad de preocuparse de depredadores y terminó perdiendo la capacidad para causar daño con los aguijones de sus tentáculos (nematocistos).