El virus que salvó a un hombre de morir
Todo empezó en enero de 2020. Un hombre ingresó al hospital por malestares cuyo origen no se detectaba. Su situación se volvió crítica. Lo estaban minando superbacterias resistentes a los antibióticos. Este tipo de males matan cada año más que el sida y la malaria. ¿Lograría salvarse? Esta es la historia del virus que salvó a un hombre de morir. año mata más que el sida, la malaria y algunos tumores.
Superbacterias
Las bacterias resistentes a antibióticos afectan más a personas debilitadas por otras causas. Este paciente tenía una enfermedad crónica de riñón y sufría artritis. Ninguno de los antimicrobianos usados podía con la bacteria que le causaba la infección. Se trataba de Mycobacterium chelonae, un patógeno de la familia de la tuberculosis.
Un año después, la infección se había extendido. El médico Francisco M. Marty sugirió a sus colegas un tratamiento nuevo. Tal vez un virus fuese capaz de curar a este paciente. Se refería a los virus bacteriófagos. Son patógenos especializados en matar bacterias. Extrajeron microbios de las heridas del paciente y buscaron entre 20 fagos que podían eliminar estas bacterias. Se identificó a Muddy, un fago que en las pruebas eliminó sin problemas a la M. chelonae.
Se lo inyectaron al paciente por vía intravenosa. Las lesiones mejoraron en apenas dos semanas. Lo explica Jessica Little, médico del Brigham. Es la primera autora del estudio que describe hoy este caso.
Librerías de virus
“Es el primer caso en el que se consiguen resultados con un solo virus”, dice. “Necesitamos comprender mejor la interacción entre estos virus y el sistema inmune de los pacientes”.
Uno de los objetivos es crear “librerías” de fagos identificados por el tipo de superbacteria que pueden aniquilar. El virus que salvó a un hombre de morir podría servir en otra persona.
Las superbacterias son consecuencia directa del abuso de antibióticos. Su empleo indiscriminado hace que muchas bacterias desarrollen inmunidad. El objetivo ahora es evitar que suceda lo mismo con los fagos. Por eso se buscan virus “líticos”, es decir, que penetran en la bacteria y la revientan literalmente.