El campo magnético terrestre es imprescindible: no sólo es útil a la hora de utilizar una brújula, sino que también está ahí para protegernos, y la vida en el planeta no sería posible sin él.
Dicho campo fluye en dos anillos que se denominan Cinturones de Van Allen. Ahora se comprenden cómo se comportan, pero en 2013 se descubrió una tercera.
De acuerdo con un nuevo estudio publicado en Nature Physics, el tercer cinturón está creado por un tsunami espacial, grandes olas de frecuencias ultra-bajas de plasma del Sol, lo que permite que las partículas escapen del cinturón exterior y formen una nueva estructura en el campo magnético.
«Sorprendentemente, hemos observado ondas de plasma enorme» afirma Ian Mann, profesor de física en la Universidad de Alberta, autor principal del estudio y ex-catedrático de Investigación en Física Espacial. «Más bien es como un tsunami espacial, que chapotea los cinturones de radiación de alrededor, lo que explica la estructura de los cinturones de radiación».
El tercer cinturón de Van Allen fue descubierto, como mencionábamos anteriormente, hace tres años, cuando las sondas de Van Allen observaron los cinturones magnéticos antes de que su potencia destruyera la máquina en tan sólo cuatro semanas.
«La radiación especial es clave, ya que es una amenaza para los satélites que utilizamos para comprender el espacio. El comprender cómo funciona dicha radiación es uno de los mayores retos en la investigación espacial».
