El trasplante de cara más completo hasta la fecha
Patrick Hardison era un bombero que entró en un edificio en llamas días antes del famoso 11S para salvar a una mujer de morir quemada. Cuando entró, el techo se derrumbó sobre él y sufrió quemaduras de tercer grado en cara, hombros, cabeza, cuello y torso. Por culpa de esto, perdió los párpados, las orejas, los labios, el pelo, las cejas, y la mayor parte de la nariz.
Tras quince años sin tener un rostro propio, gracias a la ayuda de más de 100 especialistas, que han trabajado durante 26 horas en el quirófano, y más de 70 operaciones previas, han hecho que Patrick por fin tenga una nueva cara, tras padecer el trasplante de cara más completo y complejo de la historia de la medicina.
La intervención, que incluye la cara, el cráneo, el párpado, las orejas, el mentón, mejillas y nariz completa, tuvo lugar este agosto en el Centro Médico Langone de Nueva York, y Patrick sabía que había un 50% de posibilidades de que la operación no tuviera éxito. Por suerte, tres meses más tarde, este bombero padre de cinco hijos ha podido presentar su nuevo rostro, aunque tendrá que tomar inmunosupresores de por vida para evitar que su cuerpo rechace el implante. Esta sustancia química tiene su parte negativa y es que, debido a su incapacidad de focalizar su utilización, el sistema inmune pierde la capacidad de resistir a otro tipo de infecciones y a la expansión de células cancerosas. La mayoría de los inmunosupresores actúan sobre los linfocitos, haciendo que estos no puedan activarse o replicarse, pero también los hay que evitan que la célula presentadora del antígeno haga su función.
Eduardo Rodríguez, doctor que ha encabezado la operación, afirma que «cuando me encontré con Patrick supe que tenía que ayudarle. Se había quedado prácticamente ciego y su cara no era más que una gigantesca cicatriz, pero será capaz de recuperarse, e incluso podrá volver a conducir».
El donante de la cara era un joven de 26 años que perdió la vida en un accidente yendo en bicicleta.