Es un cementerio de la Edad de Piedra en Laponia, a 80 kilómetros del Círculo Polar Ártico. Acredita al menos 120 tumbas, hoy vacías por descomposición de los restos. Durante mucho fueron tiempo sólo interpretaciones preliminares. La acidez del suelo destruye la materia orgánica, incluidos los restos humanos, en dos milenios. Pero el cementerio milenario junto al Círculo Polar dejó tras de sí un rastro para los investigadores.
Se explaya en un comunicado el investigador postdoctoral Aki Hakonen. En el estudio, las fosas se compararon con 869 tumbas de la Edad de Piedra del norte de Europa, ubicadas en 14 cementerios. Los investigadores se sorprendieron por el tamaño del cementerio. Antes se pensaba que cementerios tan grandes existían mucho más al sur.
Rastros de fuego
«La investigación muestra que cerca del Círculo Polar Ártico también existían cementerios aparentemente grandes. Las investigaciones sobre esta era en el norte deberán reevaluarse en cierta medida. Es posible que estas sociedades no fueran tan pequeñas como se pensaba anteriormente», dice Hakonen.
El sur de Laponia era habitado en aquella época por la cultura cerámica Early Comb Ware (objetos para peinado tempranos). Era una sociedad de cazadores-recolectores, cuya verdadera identidad aún está por descubrirse. La zona, Tainiaro, no era solo un cementerio. Numerosos rastros de fuego y la elaboración de objetos de piedra distintivos sugieren que fue habitado.
Los resultados de la investigación aún no han sido verificados porque las supuestas tumbas no se pueden probar directamente como tales. Por el momento, sólo se puede estimar su número exacto. En colaboración con la Escuela de Minería de la Universidad de Oulu, Tainiaro pasó pruebas de radar de penetración terrestre. Pueden mapear todo el sitio en el futuro sin mayores perturbaciones. Todavía se necesitan urgentemente nuevas excavaciones.
Análisis químicos
«Se podrían analizar nuevas muestras de suelo en busca de pelos fosilizados. Aparecen con frecuencia en tumbas de la Edad de Piedra en los últimos años. Parece que en los rituales funerarios se utilizaban a menudo pieles de animales y plumas de aves. Los análisis químicos nos darán evidencia inequívoca para la interpretación del entierro. Los hallazgos pueden llevar nuestra comprensión de la sociedad de la Edad de Piedra hacia una dirección aún más fascinante». El cementerio milenario junto al Círculo Polar es un lugar vivo para la ciencia.
