Cuando el biólogo James Young fue arrollado por un tren en Londres en 2012, se temió lo peor. Su pie izquierdo estaba destrozado, y su brazo tuvo que ser amputado para que le pudieran salvar la vida.
Pero ahora, cuatro años más tarde, se le ha dado una nueva oportunidad gracias a una prótesis de aspecto futurista. El dispositivo cuesta más de 90.000 dólares y está repleto de tecnología.
Fue diseñado especialmente para James por Sophie de Oliveira, del Proyecto Alternativo de Extremidades. Le pidieron que decidiera cómo construir su brazo portátil, e inmediatamente pensó en Solid Snake, personaje de la saga de videojuegos Metal Gear Solid.
Junto con un grupo de ingenieros, especialistas en robótica y diseñadores, Sophie implantó el brazo el año pasado. Sus dedos son controlables, y aunque parezca mentira (aseguramos que es verdad), tiene un cargador USB y un drone en el hombro. Sí, un drone, y puede ser pilotado.
El brazo, que es desmontable y que se puede iluminar en varios colores, es controlado por James a través de comandos enviados por sus músculos de los hombros a los sensores. El paciente está tan encantado con él que está buscando financiación para la osteointegración, que unirá la prótesis definitivamente a su hueso utilizando titanio. Si deseas ayudarle, puedes donarle algo de dinero en su página de GoFoundMe.
Para aprender más sobre la increíble historia de James, la BBC ha realizado un programa dedicado para dar a conocer su causa: Metal Gear Man (puedes utilizar un proxy si te sale algún aviso sobre la visualización fuera del Reino Unido). También, puedes seguirle en Instagram y en Twitter.
