Descubren un clima nublado de piedras preciosas en un exoplaneta gigante
La humanidad ha conseguido, recientemente, muchos avances en el seguimiento de exoplanetas. Entre 2009 y 2013, el telescopio Kepler descubrió miles de mundos que orbitan alrededor de soles. Pero averiguar cuáles son y cómo funcionan dichos mundos son un desafío. Por suerte, estamos mejorando en ellos.
El lunes, los científicos anunciaron que observaban durante un tiempo un planeta similar a Júpiter, un planeta gaseoso llamado HAT-P-7b, y que orbita a una estrella a 1.044 años luz de distancia, y que resulta que podría tener nubes de corindón, un mineral que forma rubíes y zafiros.
El equipo, dirigido por David Armstrong, de la Universidad de Warwick, analizó los datos de unas 100.000 estrellas observadas por el telescopio Kepler. Estudiaron la luz reflejada por HAT-P-7b y encontraron que el punto más brillante en el planeta se mueve alrededor durante meses y años. Para David Armstrong y su equipo, esto indica que las nubes se ueven alrededor del planeta, cambiando la cantidad de luz que refleja.
El planeta está anclado por las mareas, lo que significa que sólo un lado del mundo se «mira» con su estrella. Este lado se pone muy caliente, alrededor de unos 2.600ºC, mientras que el lado oscuro permanece relativamente frío. Estas diferencias de temperatura causan fuertes vientos, que dan la vuelta al planeta.
Los expertos no esperan que las nubes existan en el lado brillante, ya que es tan caliente que debe evaporarse. Los científicos creen que estas se forman en el lado oscuro, y que los fuertes vientos arrastran estas nubes a la zona brillante, cambiando el brillo del planeta.
David Armstrong y sus compañeros sospechan que las nubes puedan estar compuestas de corindón, un mineral incoloro que se encuentra en los rubíes y zafiros. El corindón se condensa en temperaturas similares a las observadas en el lado diurno del gigante de gas.
HAT-P-7b es demasiado caliente para que sea visitado. Y puesto que es un gigante de gas, en realidad no tiene superficie donde estar de pie. Pero si pudiéramos «tocar» el suelo y mirar hacia el cielo, según los investigadores, la vista sería increíble. «Podrías ver nubes de rubíes que vienen y van constantemente».
Esta no es la primera vez que los científicos han detectado el tiempo en un exoplaneta. A principios de este año, una investigación diferente anunció que 55 Cancri e, un mundo rocoso alrededor de dos veces el tamaño de la Tierra, tiene un lado caliente y otro frío.
Para estudiar el tiempo en mundos distantes, nuestros telescopios requieren de una visión clara del exoplaneta durante un largo período de tiempo. Afortunadamente, eso debería de ser mucho más fácil bastante pronto. El telescopio espacial James Webb, de la NASA, y que tiene programado su lanzamiento para 2018, nos debe dar una vista más cercana de las atmósferas de los exoplanetas y de qué están hechos. Y alrededor de 2024, el PLATO de la Agencia Espacial Europea también ayudará a profundizar en estos mundos misteriosos.
«Estamos encontrando una enorme variedad de exoplanetas: rocosos, gaseosos, calientes, fríos…», dice David. «No hay razón para que no debamos observar también las atmósferas».