Cuántas veces hemos oído o leído sobre el agujero de la capa de ozono, muchas. Y no se trata de cualquier invención para meter miedo, sino que es algo real que tiene muy preocupada a la comunidad científica.
Un equipo de investigadores británicos acaba de identificar otros cuatros nuevos gases que contribuyen al deterioro de la capa de ozono, el escudo protector de la Tierra, aunque desconocen su origen.
El estudio realizado por expertos de la Universidad de East Anglia (Reino Unido) concluye que existen nuevas sustancias, nuevos gases creados por el hombre, que afectan a la capa de ozono tras el análisis del aire –muestras de los años sesenta- y burbujas de aire atrapadas en la nieve en Groenlandia, tal y como explica Johnannes Laube, investigador jefe del estudio.
Los científicos han estimado que unas 74.000 toneladas de estos gases han sido emitidas a la atmósfera, aunque el origen se desconoce. «No sabemos desde dónde se están emitiendo y esto debería ser investigado. Entre las fuentes posibles figuran químicos para la producción de insecticidas o solventes para la limpieza de componentes electrónicos», agrega el experto.
Otro dato inquietante para los expertos es que algunos de estos nuevos gases se destruyen a un ritmo muy lento en la atmósfera, por lo que pueden permanecer en esa capa durante muchos años aún cuando el mundo tomara medidas ahora para frenar su emisión.
La capa de ozono, situada a unos 30 kilómetros por encima de la superficie de la Tierra, tiene una labor crucial a la hora de filtrar los rayos ultravioletas del Sol. En 1985, científicos del British Antartic Survey descubrieron un agujero en la capa de ozono de la Antártida, lo que motivó que en 1987 se restringieran -con la firma del protocolo de Montreal- las sustancias que lo producían.
En aquel momento, los expertos identificación la producción de clorofluorocarbonos (CFC) como destructores de la capa de ozono. Tres de los nuevos gases descubiertos tienen en su composición este CFC, el cuarto tiene hidroclorofluorocarbono (HCFC).
