¿Quién no se ha preguntado alguna vez si es posible vivir sin cabeza aunque sea por un tiempo determinado? Existen leyendas que cuentan que algunas personas, tras ser sometidas a la guillotina, cambiaban sus expresiones faciales durante segundos. ¿Pueden ser ciertas?
Para comprobarlo, varios científicos usaron un electroencefalógrafo, para medir la actividad eléctrica en el cerebro de un grupo de ratas después de ser decapitadas. Los científicos observaron que durante 4 segundos después de separar la cabeza del cuerpo, la rata tenía consciencia.
Además de este experimento, existe la experiencia de las gallinas, que pueden caminar hasta 29 segundos sin cabeza. Una posible explicación científica a este suceso puede ser la siguiente: el cerebro se mantiene con vida gracias al sistema circulatorio que lleva oxígeno por las venas. Para vivir, este órgano necesita de la sangre y el oxígeno, y la decapitación lo priva de ambos. Pero ésta no daña el cerebro y durante unos segundos, el flujo de sangre y oxígeno que circulaba hacia el cerebro en ese momento, puede mantenerlo con vida unos instantes.
Estos estudios se pueden comparar con lo que sucedería en un ser humano, sin embargo, no se pueden realizar estudios y observaciones de una decapitación humana por obvias implicaciones éticas.
