Cuando llega el frío o cambiamos bruscamente de temperatura nuestras manos cambian de color, se suele poner más pálidas o por el contrario coloradas, pero es normal. Sin embargo, esta mujer española de 45 años ve como sus manos se vuelven púrpura y sus dedos se quedan blancos cuando se exponen al frío. 
Este fenómeno es conocido como Raynaud y aunque pueda parecer sin importancia es grave. Debido a un espasmo en los vasos sanguíneos de las manos y dedos, provocado por el frío, las manos empiezan a ponerse blancas por falta de circulación. Los dedos suelen quedarse adormecidos, fríos y con cierta sensación de hormigueo, que cuando entran de nuevo en contacto con el calor y la sangre vuelve a circular se transforma en dolor.
Aunque el fenómeno de Raynaud -adquiere su nombre por su descubridor, el médico francés Maurice Raynaud (1814-1881)- es un trastorno muy común, tal y como explica la Dra. Marina Anderson, profesora de reumatología de la Universidad de Liverpool, no tiene cura, aunque no es mortal. Concretamente el de esta paciente es muy grave por eso es necesario tomar ciertas medidas ya que a la larga puede dañar otros órganos internos.
