Leander van der Meij, profesor de psicología de la VU University Amsterdam, demostró que tras cualquier tipo de juego competitivo con las personas del mismo sexo nos sentimos más confiados a la hora de flirtear con personas desconocidas.
El estudio fue realizado con hombres que se prestaron voluntarios al estudio, por lo cual se hicieron pequeñas competiciones antes de ir a intentar flirtear con alguna chica desconocida. Después de la competición toman la iniciativa para presentarse, sonríen más y mantienen el contacto visual durante más tiempo con su “potencial conquista”. Este comportamiento se debe a un aumento en los niveles de testosterona en sangre.
