Existen numerosas fotografías de la superficie de la Luna, pero el conocimiento sobre cómo es la Luna por dentro no es conocido por muchas personas. Según la Teoría del Gran Impacto, la Luna se originó de los trozos desprendidos de la colisión de un gran planeta contra la joven Tierra.
Partiendo de esta teoría se puede saber aproximadamente cómo se formó, y cómo debería ser por dentro. Las pruebas existentes son las muestras tomadas por el Apollo y los meteoritos lunares caídos en la Tierra.
En su mayoría, la Luna está constituidas por rocas magmáticas de más de 4 billones de años creadas en la erupción de volcanes, rocas basálticas y brechas que se crearon por impacto de meteoritos.
El esquema del interior lunar lo forma un núcleo de hierro de 2 a 4% de la masa total, un manto semisólido, un manto rígido y la corteza dura del exterior. La Luna es mucho más pequeña que La Tierra, por lo que el interior de la primera es mucho más frio debido a la pérdida de calor procedente del núcleo y su campo magnético es muy pequeño si lo comparamos con el de nuestro planeta.
