Charles Darwin intentó cabalgar a los galápagos de las Islas
Tras varios años de travesía y numerosas expediciones por Sudamérica, el Beagle llegó al archipiélago de Las Galápagos en septiembre de 1835. Inmediatamente, Darwin quedó fascinado por rarezas tales como las rocas volcánicas de las islas o los curiosos galápagos gigantes.
Más tarde escribió sobre el acercamiento a los galápagos, que se escondían en sus caparazones. Entonces el joven científico se subía encima del animal y trataba de montar sobre él cuando se volvía a poner en movimiento. Darwin añadió que le resultó difícil mantener el equilibrio montado sobre el reptil.