Según científicos de la Universidad de California que dedicaron varios años al estudio de las propiedades de las telas de araña, consideran que las arañas producen un material sedoso de increíble resistencia; y que los cables que se podrían hacer con este material serían de mejor calidad que los cables tradicionales (hechos de metal), además de más flexibles y ligeros.
Más del 50 por ciento de la composición de la telaraña consta de proteínas y se rompe al ser estirada en un 200-400%. Esto demuestra una gran capacidad de tracción. A menudo las arañas utilizan de nuevo la telaraña, para lo cual se comen los hilos dañados por las lluvias, el viento o los insectos, digiriéndolos con unas enzimas especiales (ñas telarañas también tienen gran resistencia química, es por esto que en las casas abandonadas hay telarañas con años de antigüedad).
Cada araña es capaz de producir cinco tipos de hilos (siete, según algunos científicos rusos), que usan para distintos fines. Por ejemplo, una tela suele estar compuesta por dos tipos de hilos (unos más resistentes que forman la estructura principal y otros más delgados por el medio) y a las presas las envuelven con otra tla distinta.
