¿Almohada dura o blanda?
Cada uno, a la hora de dormir, tiene sus preferencias. Hay quien prefiere una almohada más dura, otros que se decantan por una más blanda… así que hoy, debatimos qué es mejor para tu cuerpo.
Primero, ¿es necesaria una almohada para dormir? Depende. Si tienes una columna vertebral sana y flexible y tienes costumbre de dormir boca arriba no tendrías por qué dormir con almohada; pero en el momento que lo haces desde pequeño creas una dependencia que, a pesar de que no sea fisiologicamente necesaria, la necesitas para dormir. Lo ideal para dormir es que nuestra columna vertebral quede completamente recta, como cuando estamos de pie. A la hora de dormir boca arriba con una almohada, tendríamos una inclinación de nuestro cuello.
¿Cuándo es necesario el uso de una almohada? Ésta sería recomendada en el momento que el paciente tenga una rigidez cervical con ciertos niveles de artrosis, y con una antepulsión del cuello y cabeza hacia delante.
Y en el caso de utilizarla, ¿blanda o dura? Todo depende de la postura en la que duermas, como hemos dicho anteriormente. Si te levantas por la noche con dolor de espalda o en el cuello, es muy probable que tu almohada no sea la idónea.
Si duermes boca abajo, la dureza y el material de su fabricación juegan un papel clave. Para estas personas se recomienda una almohada blanda y fina, para permitir la alineación de la cabeza con el cuerpo.
Sin embargo, si tu posición al dormir es lateral o fetal, una almohada dura y alta haría que tuviéramos el cuello excesivamente alto; por el contrario, una demasiado blanda y baja hará que el cuello caiga. Para escoger la almohada perfecta, existe una ‘fórmula matemática’ para elegir los centímetros de grosor que debe tener: basta con medir la distancia que va desde el extremo del hombro hasta la cara. Alguien con los hombros anchos necesitará una almohada más gruesa que otra persona con los hombros más estrechos. También, la posición fetal es la mejor para combatir los ronquidos. El Síndrome de Apnea Obstructiva se produce por un cierre de la vía respiratoria motivada por la relajación muscular durante el sueño. Pero existen casos en los que sólo aparecen apneas por una posición determinada, con lo que se debe evitar que estos pacientes duerman en esa posición.
Para los más pequeños, también hay algunas indicaciones que pueden hacer su descanso más placentero. Los bebés tienen la cabeza grande en proporción con su cuerpo; por eso, al dormir su cabeza queda alineada y no necesitan almohada. Podría ser recomendada a partir del año de vida y debería ser pequeña, mullida y de material hipoalergénico.