La ketamina podría revolucionar el tratamiento de la depresión
La ketamina, una droga psicodélica bastante popular, puede ayudar a los científicos a encontrar una cura milagrosa para el tratamiento de la depresión severa.
El relato más esperanzador es el realizado por Dennis Hartman, un ejecutivo afincado en Seattle con depresión crónica: llevaba 25 años de terapia y trató 18 antidepresivos distintos. En declaraciones al Washington Post, este ensayo clínico realizado por el Instituto Nacional Estadounidense de Salud Mental (NIMH) iba a ser el último que probaría.
Durante 40 minutos, a Dennis Hartman le administraron ketamina vía intravenosa, y después de varias horas, sus pensamientos suicidas se habían esfumado. «Mi vida siempre estará dividida entre antes de probar esta solución y lo de después».
Dennis no es el único paciente frustrado por la poca efectividad de los fármacos antidepresivos; de hecho, la mayoría de los inhibidores de la recaptación de serotonina tardan de tres a ocho semanas para comenzar a tener efecto. Eso, sin embargo, siempre y cuando el paciente tenga la suerte de que tenga efecto, ya que no hay garantía de que el paciente vaya a responder al fármaco.
La ketamina ha sido aceptada en las últimas décadas como una anestesia rápida y de aplicación fácil en los hospitales americanos, pero los investigadores han ido perfeccionando su potencial como tratamiento para los problemas de salud mental en los casos donde los fármacos convencionales fallan.
«La investigación detrás de este tipo de sustancias ha llegado a la Asociación Americana de Psiquiatría, que, según los miembros de un grupo de trabajo sobre la ketamina, parece dirigirse a una aprobación tácita de esta droga para tratar la depresión que resiste a los medicamentos», afirma Sara Solovitch, periodista del Washington Post. «Los expertos afirman que podría ser el avance más significativo en la salud mental de los últimos 50 años».
Algunos de los centros médicos más prestigiosos en los Estados Unidos están optando por el tratamiento con ketamina, incluyendo la Universidad de Yale, la Clínica Mayo, la Universidad de California y la Clínica Cleveland.
Los investigadores aún están tratando de averiguar cómo puede funcionar de una forma tan eficiente la ketamina para tratar la depresión; pero un estudio en 2010, publicado por la prestigiosa revista Science, afirma que funciona mediante el bloqueo de las proteínas receptoras NMDA. Cuando estas proteínas se bloquean, el cerebro aumenta la producción de las proteínas de señalización en la corteza prefrontal, la región que regula el funcionamiento emocional y de comportamiento sináptico complejo.