A la hora de pensar en vida extraterrestre, Marte es el primer sitio que se nos viene a la cabeza. Pero hay otras zonas que también podrían albergar vida, incluso los que están en el borde del Sistema Solar.
El análisis realizado, hasta el momento, a Plutón, indica que existe un océano líquido bajo la superficie del planeta enano, lo que podría significar que allí existe vida, aunque no como la conocemos. El profesor William McKinnon, de la Universidad de Washington, y co-autor de dos de cuatro nuevos estudios realizados sobre Plutón y publicados en la revista Nature, sostiene que dicho océano puede contener microorganismos.
«Lo que sí tenemos claro es que dicho océano es bastante nocivo, muy frío, salado y muy rico en amoníaco», afirma el mismo experto.
En estudios previos, se ha demostrado que el hielo de nitrógeno en la superficie del planeta enano experimentó constantes fuerzas que cambiaban la región conocida como el «corazón de Plutón». Según William McKinnon, midiendo la orientación y la gravedad del planeta enano se puede considerar que el océano tiene 950 kilómetros de ancho y 80 kilómetros de profundidad.
«Todas las ideas sobre un océano en Plutón son creíbles, pero son inferencias, no detecciones directas», añadió el experto. «Si queremos confirmar que existe un océano como tal, necesitamos medir la gravedad o el sonido del subsuelo, lo cual podría lograrse mediante una futura misión orbital al planeta enano. Todo depende de la próxima generación espacial, para que continúen donde lo dejó New Horizons».
Dadas las grandes diferencias entre la Tierra y Plutón, las pequeñas formas de vida que pudieran encontrarse quizá no son lo que entendemos como «extraterrestres».
«La vida puede tolerar una gran cantidad de cosas: puede tolerar grandes cantidades de sal, frío extremo, calor extremo… pero hay una cosa que no creo que supere, y son las grandes cantidades de amoníaco que tiene Plutón», afirma.
«No podemos imaginarnos peces nadando por ahí; ni incluso gérmenes. No creo que seamos capaces de imaginar qué formas de vida puede haber. Pero al igual que con los mares de metano en Titán -la luna principal de Saturno- se plantea la cuestión de si algunas formas de vidas verdaderamente nuevas podrían existir en estos ambientes tan exóticos».
