El hombre que sólo tenía la corteza cerebral y hacía vida normal
En 2007, los científicos informaron que un hombre francés de 40 años había acudido a una clínica quejándose de un dolor en la pierna. Nada fuera de lo común, a priori. Pero recordaron el caso de un niño que, teniendo el mismo problema, le descubrieron que los ventrículos de su cerebro estaban llenos de líquido cefalorraquídeo. Para descartar que fuera el mismo problema, a este hombre le hicieron una prueba para descartar dicha afección, y descubrieron que, efectivamente, sus ventrículos cerebrales se habían llenado del mismo líquido, reemplazando prácticamente todo su cerebro, dejando sólo la corteza cerebral.
Sin embargo, y sin saber porqué, el hombre no sólo era plenamente consciente, sino que llevaba una vida rica y sin obstáculos, trabajando como funcionario y viviendo con su esposa y sus dos hijos, sin ser consciente del agujero abierto en su cerebro. Su capacidad de funcionar sin muchas de las regiones clave del cerebro que antes se consideraban vitales para la consciencia plantea algunas preguntas importantes sobre las teorías existentes respecto a cómo funciona el cerebro y los mecanismos que subyacen a nuestra conciencia.
Por ejemplo, los neurólogos a menudo han afirmado que el tálamo, una región del cerebro que transmite las señales sensoriales a la corteza cerebral, es indispensable para la conciencia. Esto se debe a que la investigación ha indicado que los daños en el tálamo a menudo hace que la gente caiga en coma, mientras que un equipo de científicos fueron capaces de «apagar manualmente» la conciencia de un paciente epiléptico mediante la estimulación eléctrica de esta región.
Del mismo modo, los investigadores han demostrado que es posible hacer que las personas pierdan el conocimiento mediante el uso de electrodos para manipular la actividad de una región del cerebro llamada claustrum, que recibe la entrada de una gran variedad de áreas del cerebro y se comunica ampliamente con el tálamo.
Está claro, pues, que el hecho de que un hombre fuera capaz de mantener la conciencia con nada más que una pequeña capa de neuronas corticales hace replantear todas las teorías presentadas por los neurólogos que han buscado los orígenes de la conciencia dentro de la estructura cerebral. Puede, sin embargo, añadir peso a aquellos argumentos que afirman que la anatomía del cerebro no es todo lo vital para la conciencia, sino que esta surge a través de las formas en que las neuronas se comunican entre sí.
Por ejemplo, un estudio reciente que observaba los patrones de actividad neuronal que dan lugar a los pensamientos encontró que las neuronas rara vez envían señales entre sí por la ruta más directa en la comunicación, sino que exploran cada posible conexión creando un complejo canal.
Sin lugar a dudas, hay toda una serie de preguntas que todavía no tienen respuesta, y la mayoría de las teorías sobre la naturaleza de la conciencia aún no se han desarrollado completamente. Por mirar el lado positivo, al menos sabemos porqué el hombre francés tenía dolores en la pierna.