Las abejas reconocen objetos con el tacto
Son pequeñas, pero fascinantes. El aporte de las abejas al equilibrio de los ecosistemas es vital. Se les estudia ampliamente y siempre se descubre algo nuevo. Por ejemplo, inesperados rasgos de inteligencia que solo tienen otros mamíferos. Los seres humanos somos capaces de encontrar objetos con el tacto en la oscuridad gracias a la complejidad de nuestro cerebro. Almacenamos información de tal manera que puede ser recuperada por diferentes sentidos. Es una habilidad bastante excepcional. Y resulta que las abejas también la tienen. Las abejas reconocen objetos con el tacto.
No solo los humanos son multisensoriales
Nuestra integración multisensorial nos permite formar imágenes mentales del mundo y apuntala nuestra conciencia. Este reconocimiento visión-tacto solo lo compartimos con simios, monos y ratas. Los delfines utilizan la visión y el oído y algunos peces, la visión y el sentido eléctrico. Resulta que semejante hazaña cognitiva está presente en el pequeño cerebro de un insecto.
Investigadores de la Universidad Queen Mary de Londres y la Universidad Macquarie en Sydney lo descubrieron. Las abejas reconocen objetos con el tacto que antes solo habían visto.
A la luz, pero sin poder tocar los objetos, los abejorros fueron entrenados para encontrar agua azucarada en un tipo de objeto. Podían ser cubos o esferas. Había una solución de quinina amarga en la otra forma. Cuando fueron puestos a prueba en la oscuridad, prefirieron el objeto que anteriormente era gratificante. Y pasaron más tiempo explorándolo.
Las abejas también resolvieron la tarea al revés. Primero aprendieron a encontrar una forma particular en la oscuridad. Fueron puestas a prueba a la luz y nuevamente prefirieron la forma que habían aprendido que era gratificante solo con el tacto.
Esta capacidad se llama reconocimiento intermodal. Nos permite percibir una imagen completa del mundo con ricas representaciones, explican los autores en la revista «Science».
La otra inteligencia
«Los resultados de nuestro estudio muestran que los abejorros no procesan sus sentidos como canales separados. Se unen como una especie de representación unificada», afirma Cwyn Solvi, autora principal del artículo.
«Hace mucho que sabemos que las abejas pueden recordar las formas de las flores. Pero un teléfono inteligente puede reconocer su cara, por ejemplo, y lo hace sin ninguna forma de conciencia. Nuestro nuevo trabajo indica que algo está sucediendo dentro de la mente de las abejas que es completamente diferente de una máquina. Las abejas pueden evocar imágenes mentales de formas», añade Lars Chittka, jefe del laboratorio de la Universidad Queen Mary de Londres.
Para Selene Gutiérrez Al-Khudhairy, coautora del artículo, «esta es una hazaña increíble si se considera el tamaño minúsculo del cerebro de una abeja. Investigaciones futuras pueden ayudar a revelar cómo nuestros propios cerebros imaginan el mundo».
Como dice Solvi, «esto no significa que las abejas experimenten el mundo de la misma manera que nosotros. Pero sí muestra que hay más cosas en su cabeza de lo que creíamos».