Cómo manipular el cerebro con un Smartphone
No es ciencia ficción
Muy bien, tal vez no estemos todavía en la Matrix, ni Neo esté peleando con máquinas y robots demiurgos todavía. Pero empieza a ser posible manipular el cerebro con un Smartphone. Para bien. Al menos por ahora.
Seguramente te has descargado docenas de aplicaciones novedosas e impresionantes. Pues bien. Un equipo de científicos de Corea del Sur y EEUU inventó un dispositivo que puede controlar los circuitos neuronales. Sí, y lo hace mediante un pequeño implante cerebral controlado por un Smartphone.
Se espera que pueda descubrir problemas neurológicos como la enfermedad de Parkinson o la de Alzheimer, la adicción y la depresión.
El dispositivo utiliza cartuchos de medicamentos reemplazables similares a los de Lego y un Bluetooth de baja energía. Puede apuntar a neuronas específicas utilizando fármacos y luz durante períodos prolongados.
El futuro del cerebro
«El dispositivo neural inalámbrico permite una neuromodulación química y óptica crónica que nunca antes se había logrado», dijo el autor principal Raza Qazi, investigador del Instituto Avanzado de Ciencia y Tecnología de Corea (KAIST) y la Universidad de Colorado en Boulder.
Anteriormente, la tecnología de neurociencia más avanzada requería tubos metálicos voluminosos y fibras ópticas que causaban lesiones cerebrales. Había otros inconvenientes. Las soluciones anteriores estaban limitadas por su incapacidad para suministrar fármacos durante largos períodos de tiempo. Así como por sus voluminosas y complejas configuraciones de control. Los cartuchos reemplazables permiten estudiar los mismos circuitos cerebrales durante meses.
La tecnología solo ha sido estudiada en ratones hasta ahora, con el implante insertado en el cerebro de los roedores a través de una sonda delgada. Los científicos controlaron el implante con su smartphone, cambiando la cantidad de medicamentos y la secuencia de luz con el toque de un dedo y manipulando el movimiento de los ratones durante más de un mes.
«Estamos ansiosos por usar el dispositivo para estudios farmacológicos complejos. Podrían ayudarnos a desarrollar nuevas terapias para el dolor, la adicción y los trastornos emocionales». Así lo dijo Michael Bruchas, profesor de la Universidad de Washington.
El dispositivo es el resultado de la colaboración global entre ingenieros y neurocientíficos surcoreanos y estadounidenses durante un período de tres años consecutivos.
«Este revolucionario dispositivo es el fruto de un diseño electrónico avanzado y de una potente ingeniería de micro y nanoescala», dijo Jae-Woong Jeong, profesor de ingeniería eléctrica en KAIST.
«Estamos interesados en seguir desarrollando esta tecnología para crear un implante cerebral destinado a aplicaciones clínicas», agregó.